Muchos han de saber la calurosa (muy calurosa) bienvenida que reciben los güeyes que caen en el bote por andar compartiendo su “amor” a la fuerza. Justo o manchado el recibimiento, eso ya es otro asunto, lo que aquí les presentamos es el curioso regalo que recibió Brock Turner tras haber estado sólo tres meses en cárcel por atacar sexualmente a una chica.
¿Y ése quién es?
Hasta hace unos meses, Brock Allen Turner era una joven promesa de la natación… eso hasta que el universitario fue cachado abusando de una mujer en completo estado de inconsciencia, esto en las instalaciones del campus de la Universidad de Stanford, California. Por este caso, Turner fue encontrado culpable de tres cargos de asalto sexual, incluido el de “intento de violación a una mujer intoxicada”.
Aunque casos como éste lamentablemente ocurren diariamente en todas partes del mundo, lo del joven de 20 años llamó la atención internacional ya que, aunque no fue acusado de violación (porque no penetró a la chica con su pene, sino con sus dedos), podía alcanzar una pena de 14 años… sin embargo, el juez se vio algo indulgente y simplemente lo condenó a seis meses de prisión en una cárcel de baja seguridad, ya que un castigo mayor podría ocasionarle “un impacto severo” en su vida.
Otra joya que irá para los anales de la historia es el deplorable argumento que el padre del acusado presentó como defensa: No era justo que la vida de su hijo quedara destruida por sólo “20 minutos de acción”. Deplorable, pero efectivo: padre y abogados lograron convencer al jurado que la víctima dio su consentimiento para tener sexo… y si parecía que no, pues fue culpa del alcohol.
En fin, el asunto de todo esto es que, luego de sólo tres meses entambado, el “buen” Turner saldrá este viernes de prisión… claro que el hecho ha causado indignación, pero ¿por qué limitarse a expresarlo en redes sociales, cuando se puede meter algo de escalofriante ingenio?
Eso fue lo que hizo un publicista de entretenimiento para adultos que no tuvo empacho en desembolsar 617 dólares, todo para darle un buen regalo de bienvenida a Turner: un bote con 55 galones de lubricante. Para que no se le olvide su estancia tras las rejas, para que se las aplique en las manitas en sus solitarias noches o simplemente para que le resbalen las mentadas, no sabemos. Sólo esperemos que los use con sabiduría y no vuelva a portarse mal.
