Está bien que uno debe de sentir pasión por lo que hace, pero hay ciertas cosas que ya son ridículas. Pocas cosas son tan electrizantes como un buen solo de batería y es que la sincronía de una banda, llega a recaer totalmente del trabajo de las batacas.

Y no hay mayor evidencia de un buen baterista, que aquel que acaba la canción porque la acaba, aunque se ande yendo de nalgas… ¿cómo?

Pues así fue como este señor, se cayó por una ventana al segundo después de acabar con su interpretación. No se preocupen, al parecer nada le paso (demonios).

Pero bueno, al menos la gloria de sobrevivir sin ningún rasguño a semejante trancazo y el seguir tocando no importando que, nadie se lo puede quitar. Solo esperamos que su próximo toquín, sea en planta baja, no le vaya a pasar como al Juanga.

Todo lo que no sabías que necesitas saber lo encuentras en Sopitas.com

Comentarios