Las redes sociales ya no son sólo un espacio para compartir memes, selfies o más, también se han convertido en una gran herramienta de denuncia viral, pues basta con algunos caracteres y un video o imagen de prueba para que algún caso de injusticia se haga conocido y las autoridades o los involucrados tomen cartas en el asunto para brindar la justicia que se pide.
Todos hemos visto infinidad de denuncias de ese tipo, sobre todo en Twitter, donde basta un par de retuits o likes para que la queja se viralice por todo internet. Sin embargo, ese gran poder de alcance no siempre puede traer lo que se busca, o al menos eso nos ha dejado claro el caso de una mujer a la que el banco le cerró su cuenta por andarse quejando del servicio en la conocida red social.
De acuerdo con medios locales, esto ocurrió en alguna parte de Francia. Una mujer llamada Julie Goislard, se molestó porque los cajeros automáticos de un banco llamado Société Générale, no funcionaban, y luego de que llamara 36 veces a la línea de atención a clientes sin respuesta alguna, decidió externar su queja a través de su cuenta de Twitter, algo que el banco no tomó nada bien.
Y es que días después de que Julie hiciera su queja por las largas filas en el banco y los cajeros automáticos inservibles, un representante de Société Générale se contactó con ella no para arreglar el problema, sino para pedirle a la mujer que dejara de tuitear.
Agence de Clichy, le distributeur ne marche pas, pas d’enveloppes pour remise de chèques… La queue qui s’allonge… @SG_etvous 🙄🙄🙄 pic.twitter.com/69JxXCPO2Q
— Julie Goislard (@juliegoislard) October 2, 2018
Y no, el drama no acabó ahí ya que luego de esa advertencia, el banco le mandó a Julie Goirlard un correo en el que le notificaban que su cuenta bancaria iba a ser cerrada por un supuesto sobregiro, el cual nunca existió, de acuerdo con la versión de la afectada.
Las cosas se pusieron peor cuando a la mujer le pidieron que regresara las tarjetas de crédito y débito que tanto ella como su esposo tenían, por lo que tuvo que acordar una reunión con un ejecutivo del banco para que se solucionara la situación, cosa que no ocurrió, pues a Julie le dijeron que la razón por la que le quitaron su cuenta fue por los tuits que publicó, y que gracias a ellos tampoco tendría oportunidad de poder abrir una nueva cuenta.
El caso de esta mujer, como era de esperarse, se viralizó y provocó que muchos usuarios comenzaran a reclamarle al banco por su respuesta, amenazándolos con cambiarse de banco si era así la manera en la que solucionaban las quejas de sus clientes.
Cabe mencionar que hasta el momento la institución no ha dicho nada al respecto, aunque se espera que compartan su postura en los próximos días. ¿Y a ustedes cuántas veces ya les hubieran cancelado la cuenta bancaria por cada queja en Twitter?