A pesar de los avances tecnológicos y descubrimientos que la humanidad ha hecho durante su historia, el planeta aún guarda muchos secretos por descubrir.
Una gran mayoría de estos misterios, se encuentran sumergidos en las profundidades del mar. sin embargo, también la superficie oculta criaturas que jamás podríamos imaginar. Es por eso, que cuando los científicos descubrieron a una avispa cuyo trasero tenía la forma de una hormiga, lo único que pudieron decir fue ¡ay, caramba!
Nombrado como Clistopyga caramba, en honor a la expresión española que Bart Simpson hiciera famosa, esta peculiar avispa se creyó en un inicio como deforme.
Pero después de una investigación más extensa, se determinó que se trataba de una especie diferente:
“El nombre específico se refiere a la exclamación española, utilizada para expresar asombro. Esta palabra describe nuestros sentimientos cuando vimos esta especie por primera vez.”
Resguardada en el Museo de Historia Natural de la Universidad de San Marcos, en Lima, los científicos se encuentran rascándose las cabezas sobre la razón de la extraña apariencia de su trasero.
Dos hipótesis han sido propuestas: la primera es que ciertas especies de arañas saltadoras temen a muerte a las hormigas. Esto llevó a la Clistopyga caramba a mimetizar la forma de una hormiga para asustar a los arácnidos y así, poder robar sus huevos.
La otra y tal vez la más realista, es que la avispa utilice su trasero para atraer a otros insectos para luego comérselos.
Este tipo de adaptación evolutiva ha sido encontrada en varias especies diferentes. Por ejemplo, la tortuga caimán que ha desarrollado un apéndice especial en su lengua para imitar a un gusano y así poder atrapar a su presa.
Hasta el momento, éste ha sido el único ejemplar de Clistopyga caramba que se ha encontrado, lo cual ha puesto en tela de duda la decisión de declararla como una nueva especie. Pero como los científicos han quedado tan impresionados con el insecto, les parece propio denominarla así.