Ni a Tim Allen le pasaban estas cosas…
Como nomás no podía tumbar un pedazo de concreto, este maestro le quiso imprimir más potencia a su serruchada y para ello se acomodó en un ángulo desde el cual pudo arremeter a placer al objeto de su destrucción…
Demasiado bien le salió el corte con el artefacto eléctrico… nada más que se olvidó verificar dónde tenía plantados los pies, así que fue a dar con todo y concreto al suelo.
Lo bueno que el golpe estuvo relativamente bajo.