Al comienzo son intensos en número y contenido, después, como bien dice José José, “el amor acaba” y se van haciendo escasos y harto desabridos. Claro que hablamos de la “evolución” de los mensajes de texto que se manda una pareja, desde que son unos ardorosos novios hasta que culminan en la triste monotonía conyugal… no todos, eh.
La siguiente gráfica, que explica el decrecimiento del amor digital es obra de la científica Alice Zhao, quien para celebrar su sexto aniversario de relación, reunió todos los mensajes de texto que se ha enviado con su “pior es nada” y procedió a trasladarlos a gráfico.
Como verán, destaca que la palabra más utilizada por él era “casa” –seguramente para preguntar: “tons qué hotel o en tu casa“-, pero el segundo sitio lo ocupaba el tierno vocablo “amor”… pasaron los años y continúo siendo casa el primer lugar, pero el amor fue desplazado por el frío “ok”. Casi lo mismo puede notarse en ella.
Y si la gráfica anterior no resulta muy clara, también hizo la clásica de barras, en ella comparó las frecuencia con la que aparecieron algunas palabras en los mensajes enviados… Chequen y analicen.
Sin embargo Zhao establece que los resultados no precisamente reflejan que la llama del amor se acabó, sino que antes –cuando novios- en los textos se decían más cosas, ya que los tiempos sin verse eran mayores… pero ahora que son casados y viven juntos, pues todo se dice de frente, por lo que las cosas que se mandan por mensaje son de otro tipo: qué hay de comer, a qué hora llegas a casa… y esas cosas.
Bueno, al menos eso es mejor que nomás recibir los horóscopos.