El 15 de mayo se celebra el Día del Maestro, una fecha importante que nos obliga a recordar a los grandes profesores que hemos tenido a lo largo de nuestra vida. Uno de tantos, sin duda fue Beakman, también conocido como el rey del Bada Bing.
Beakman fue un científico de cabellera estrafalaria y bata verde que protagonizaba El mundo de Beakman, un programa de televisión que marcó la infancia de miles y miles de niños y niñas que crecieron durante los años 90.
Este show tenía el único objetivo de acercar a los más pequeños a la ciencia a través de la curiosidad y los juegos. La intención era alejar los conocimientos de sus formas convencionales y acercarlos a la diversión pura.
En nuestro país, este programa se podía ver en la señal de Canal Once y durante muchos años –gracias a las interminables repeticiones– fue nuestro gran maestro para responder grandes preguntas de la existencia: ¿Por qué llueve?, ¿cómo se genera la electricidad? o ¿qué son los elementos de la Tabla Periódica?
Era una costumbre. Tras un pesado día de escuela, las infancias de los 90 llegaban a casa, prendían la tele y se ilusionaban con algún día hacer un experimento propuesto por ese profesor loco.
Ese hombre cuyo peinado retaba la gravedad que los acercó por primera vez a las disciplinas científicas.
Muchos se convirtieron en ingenieros, biólogos o físicos gracias a él, y sólo por eso este día se merece todo el reconocimiento del mundo, por haber sido la guía para tantas y tantas personas.
Beakman: de un comic simpático a una serie inmortal
El Mundo de Beakman contó con al menos 90 capítulos, cada uno se enfocaba en un tema, una hipótesis y una pequeña e inofensiva demostración.
El programa se inspiró en una serie de comics de la época que se llamaban Tu puedes con Beakman y Jax. Una tira que salía en múltiples periódicos estadounidenses en la que un científico de bata verde nos enseñaba de forma simpática las circunstancias biológicas, químicas y físicas del planeta.
El comic se popularizó y estas historias escritas llegaron a la televisión en septiembre de 1992. Primero aparecieron en un canal educativo, luego las compró la CBS y el éxito fue innegable, al punto que para 1993 el programa se empezó a transmitir en al menos 90 países.
¿Cómo era el Mundo de Beakman?
Beakman, interpretado por el actor Paul Zaloom, era un científico algo excéntrico que tenía la tarea de hacer los experimentos en un laboratorio genial de dos pisos, lleno de artefactos raros y pócimas moradas.
El lugar era tan desordenado como el escritorio del mismo Albert Einstein o la oficina de Steve Jobs.
Los programas estaban dirigidos a innovar los conceptos elementales de la ciencia. Cada uno tenía un tema que generaba un experimento.
Además, contenía una sección de preguntas y respuestas que estaba destinada a responder las interrogantes de la audiencia. Para Beakman no había dudas malas, toda curiosidad era un gran suceso.
“No lo olviden, este es el Mundo de Beakman y aquí cualquier cosa es posible.”
¿Quién era el maestro Beakman y sus discípulos?
Beakman estaba acompañado de una asistente algo disparatada, que tenía el pelo chino y usaba la moda de los 90. También por Lester, una rata de laboratorio que inició como un títere, pero que luego se convirtió en un humano con nariz negra y cola larga.
En cada episodio, la función de Lester era negarse a hacer cualquier cosa, era flojo y un poco disparatado. No obstante, en todos los capítulos Beakman lo convencía de embarcarse en la aventura, dándole un poco de comida.
Además en algunos momentos pudimos conocer a Beak mamá, que no era otra que la madre del científico y a Rey, un camarógrafo cómico que deambulaba entre los experimentos y hacía tomas chuecas.
Beakman en México
En Estados Unidos el Mundo de Beakman se hizo bastante popular; el programa también alcanzó gran relevancia en Latinoamérica, en particular en México.
El actor Paul Zaloom visitó por primera vez nuestro país en el año 2014. Ofreció una multitud de shows en vivo ante cientos y cientos de personas.
Se presentó por ejemplo, en la explanada del Museo Universum y en el Bosque de Chapultepec.
Durante sus cómicas apariciones, donde se hacían experimentos en vivo, estuvo acompañado de Juan Alfonso Carrelo, el responsable de hacer el doblaje de su voz.
La experiencia fue simplemente hermosa, fue como reencontrarnos con nuestro maestro de la primaria y decirle “mira, gracias a ti soy lo que soy”.
Para los que tengan melancolía, aquí les dejamos un capítulo completo para recordar los viejos tiempos, volver a enamorarnos de la ciencia y ser niños de nuevo por dos segundos.