A veces la vida tiene giros inesperados que nos hacen cambiar de maneras que nunca imaginamos. Tomemos como ejemplo a Amanda Bynes, que pasó de ser una guapa celebridad juvenil a quedar totalmente irreconocible.
La chica comenzó muy bien: estaba formando una carrera en el rubro musical y televisivo, ya que tenía papeles recurrentes y hasta protagónicos en series de Nickelodeon, como All That, Figure Out, The Amanda Show y What I Like About You. Su popularidad llegó al punto de conseguir un lugar en películas como What A Girl Wants y Hairspray.
Las cosas pintaban bien para ella pero luego empezaron los problemas serios. Esta chica pasó por algo que sucede a menudo en el misterioso mundo de los famosos: le empezó a dar durísimo al alcohol y las drogas.
¿Qué ocurrió después?
Bueno, después de haber sufrido varias crisis por sus adicciones –al punto de ser hospitalizada en un centro psiquiátrico en 2013– y además, desaparecer del mundo del cine por siete años, la actriz californiana ha sufrido una transformación impresionante. Actualmente no se parece nada a la alegre chica que llegamos a ver al inicio de este milenio, porque a sus 31 años de edad luce simplemente… indescriptible.
W-T-F?
Las fotos fueron tomadas por algunos paparazzi que se encontraban en un centro comercial en Los Angeles, mientras Bynes se encontraba comprando algunas cosas junto a su acompañante terapéutica, Joy Stevens. A simple vista se puede notar que ha pasado por varios procesos de desintoxicación, sin mencionar que la edad ya ha cobrado factura.
Tal vez esta chica no tenía un inmenso grupo de fans ni nada por el estilo pero de cierto modo, ver las imágenes de su cambio fue bastante impresionante, al grado de hacer ruido en redes sociales. Así como ustedes, no pudimos evitar sentir gran desconcierto al ver lo mucho que había cambiado.