Lo que necesitas saber:
En casi todo México podemos encontrar arte rupestre realizado hace ya miles de años. Estos son algunos sitios interesantes para poder apreciarlo. Un buen plan para el verano.
El arte acompaña a la humanidad desde siempre. Y aunque a unos se les da más que a otros, es una necesidad en cada quién y una forma de dejar huella y transmitir el sentir de una época a más y más generaciones. La vida prehistórica mexicana también dejó su huella y estos son algunos sitios para ver pinturas rupestres en México, algo interesante para hacer en el verano.
El arte de la prehistoria nos dice a su modo tantas cosas como el arte contemporáneo. Ese periodo comienza con la aparición del homo sapiens y termina con la invención de la escritura, pero el arte se manifestó en sus formas primitivas desde entonces y tenemos prueba de ello en diferentes regiones del país.
Podemos encontrar este tipo de manifestaciones prácticamente por todo el territorio mexicano y los vestigios que mejor se conservan están sobre todo en la zona norte por las condiciones climáticas. México cuenta con más de 3.000 yacimientos registrados donde sobrevive el arte rupestre de la antigüedad.
Algunos sitios para ver pinturas rupestres en México
El arte rupestre representa las creencias humanas del pasado; su forma de ver la vida cotidiana, la caza, la agricultura, su percepción de lo sagrado y hasta distintas observaciones astronómicas.
Este arte lo podemos encontrar en diferentes cavernas o en rocas que han sobrevivido al paso del tiempo en la intemperie. Hay sitios muy recomendables para conocer este tipo de expresión. ¿Por qué no aprovechar el verano para ver el arte de la antigüedad?
Arroyo Seco, Guanajuato
En la zona arqueológica de Arroyo Seco, al noroeste de Guanajuato, se puede encontrar arte rupestre de las sociedades recolectoras y cazadoras de la región. Las pinturas en las rocas están hechas a base de distintos minerales como la hematita para el rojo, la goethita para el amarillo, calcita y dolomita para el blanco y el carbón para el negro. Sus conjuntos pictóricos que representan actividades como la caza y la danza.
Yecapixtla, Morelos
Achichipico es una comunidad ubicada en el municipio de Yecapixtla, en Morelos. El arte rupestre de esta zona está en diferentes rocas entre la vegetación. Representan figuras antropomórficas de guerreros en una ceremonia y también hay símbolos que plasman la cosmovisión de este pueblo. Son consideradas como un patrimonio histórico.
Sierra de San Francisco, Baja California Sur
Entre las formaciones rocosas de la Sierra de San Francisco se pueden encontrar varias pinturas rupestres que representan la magia, la caza, algunos símbolos y representaciones geométricas, así como la flora y la fauna local. Este estado es rico en zonas pictóricas. Algunas otras son: Las Flechas, La Pintada, La Música y Cuesta Palmarito. Se calcula que una pintura de la Cueva de San Borjitas, en la Sierra de Guadalupe, tiene una antigüedad de 7 mil 500 años
Milpa Alta, CDMX
Dentro de la capital mexicana también encontramos arte rupestre. La comunidad de Santiago Tlacotenco conserva rocas talladas de origen prehispánico. Y en las faldas del cerro de Ocotepec están las únicas pinturas rupestres registradas de la CDMX, con figuras de guerreros, animales y la cosmovisión del pueblo de la región. Hoy están algo descuidadas y han sido víctimas del vandalismo. Se espera que las instituciones correspondientes se hagan cargo de darles los cuidados que necesitan.
Sierra de San Carlos, Tamaulipas
En el municipio de Burgos, en Tamaulipas, se pueden encontrar cerca de 5 mil pinturas rupestres en las cañadas y oquedades de la Sierra de San Carlos, realizadas por los diferentes grupos recolectores y cazadores locales del pasado. Gracias a ellas se documentó la presencia de grupos humanos prehistóricos en la región, cuando anteriormente se creía que era nula.
Cerro La Gloria, Coahuila
Hay varias zonas de Coahuila con arte rupestre. Entre ellas tenemos la Cueva Pinta en el Valle del Sobaco, El Hundido y el Junco en la Sierra de La Fragua, la Cueva de La Candelaria, también utilizada como cementerio, y el Cerro La Gloria, en Monclova. Los antiguos indígenas de la región elaboraron su arte con distintos minerales, así como con baba de nopal y sangre humana. Estas pinturas permanecen a través del paso del tiempo.