Sabemos que el colmo del panadero es que su hija se llame concha, y…¿Cuál es el colmo de una enfermera? Pues, que le tenga miedo al dolor. Más que un chiste, son casos de la vida real. Tal es el caso de Tiffany Dover, una enfermera que se ofreció como voluntaria para recibir la vacuna de Pfizer en Tennese, Estados Unidos. El gran acontecimiento, fue televisado en vivo, pero de buenas a primeras, la enfermera se desvaneció a causa de su algofobia. Acompáñenme a ver esta triste historia.
Dover, de 30 años, se desempeña como jefa de enfermería en el Hospital ‘CHI Memorial’ de Chattanooga, Tennese. Al ser la primera voluntaria en recibir el suero contra el COVID-19, todos los medios acudieron con sus cámaras para registrar el gran evento en vídeo, el cual sería transmitido en vivo en televisión nacional.
Pero, lo que nunca confesó, es que sufre de algofobia, un miedo irracional hacia el dolor. De tal manera que la valiente mujer, dio prioridad a su profesionalismo. Trató de hacer a un lado sus temores, con tal de poder ayudar a más personas durante la crisis sanitaria. Después del pinchazo, la enfermera ofreció una conferencia de prensa para dar sus primeras impresiones.
Sin embargo, al responder una de las preguntas sobre la vacuna de Pfizer para el canal ‘Channel-9’, Dover se comenzó a sentir mal. “’Es realmente… lo siento, me siento mareada. Lo siento…”, dijo antes de caer al suelo, no sin que antes dos de sus compañeros y el resto del personal médico que se encontraba en el lugar se apresuraran a auxiliarla.
No todo es lo que parece
De acuerdo con Daily Mail, una vez recuperada, la enfermera explicó que ese desmayo no fue nuevo para ella, ya que sufre de algofobia. El inusual incidente, no hubiera pasado a mayores, ni le hubiera dado la vuelta al mundo, si no hubiera estado la vacuna de Pfizer de por medio.
Y es que, no faltaron los medios amarillistas que se encargaron de manipular la información poniendo en tela de juicio la vacuna de Pfizer, la única que hasta ahora, es nuestra salvación contra el SARS-Cov-2, inventando que el desmayo de la enfermera, había sido a causa del suero, algo totalmente falso.
No obstante, la historia de esta enfermera, con todo y su algofobia, es el mejor ejemplo del esfuerzo sobrehumano que hace el personal sanitario en primera línea por cuidar de nosotros, exponiendo su propia vida, para salvar la de los demás. Lo menos que podemos hacer en reciprocidad, es permanecer en casa. Recuerden que a partir del 19 de diciembre del 2020, la CDMX y el Estado de México entran en semáforo rojo hasta el próximo 10 de enero del 2021.