La fe puede mover montañas. A pesar de los avances tecnológicos y nuestro creciente entendimiento del mundo y el Universo, todavía existe la necesidad para algunos de creer en algo superior, en un ente que lo controla todo.

Hemos escuchado historias de milagros que simplemente nos dejan con la boca abierta. Como todas las veces que la Virgen María y Jesucristo se aparecen en la mitad de un sandwich o en una pared, hasta la gloriosa llegada de todas las supuestas reencarnaciones de nuestro salvador.

Sin embargo, el milagro que acabamos de contemplar nos hace recordar la gloriosa majestad de la creación de dios:

¡Gloria de las glorias!, ¡aleluya, dios sea alabado!

Usando el poder misericordioso de la Santa Trinidad, este pastor respondió la plegaria de la angustiada muchacha, a quien siempre la ha afligido el hecho de que su seno izquierdo se le baja…

De seguro obra del terrible Lucifer, la pobre mujer ha tenido problemas en su vestimenta, ya que sus senos no son del mismo tamaño, siendo el siniestro (izquierdo) el que anda caído, ¡pero ya no más!

Sabemos que dar la palabra de dios es uno de los trabajos más importantes, pero tal vez este señor debería de meterse en el mundo de las cirugías. Imagínense, en vez de llenar el cuerpo con implantes rellenos de plástico, podrían llevar el poder del Espíritu Santo en su ronco pecho… ¡literalmente!

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