El simple hecho de escuchar el nombre de Marilyn Monroe nos remite a una de las mujeres más guapas del cine, que no sólo se convirtió en un ícono pop, también en un símbolo sexual y en una de las actrices más reconocidas y populares de Hollywood.
Esta rubia robó muchísimos suspiros desde que comenzó a trabajar como modelo, para después saltar a la pantalla grande y volverse una de las actrices más cotizadas del mundo cinematográfico. Su belleza era innegable y logró su espectacular físico siendo muy disciplinada, pues hacia pesas -algo que era raro en las mujeres de la época- y al parecer yoga también, que en ese momento todavía no estaba de moda.
La prácitca de la yoga llegó a los Estados Unidos en 1800, pero fue hasta los 60 que tomó fama, por la búsqueda de actividades alterativas que provenían de oriente. La primera vez que Monroe promocionó esta actividad física fue en 1956 para la revista The Subte Body donde realizó varias posiciones para ser fotografiada.
Si a Marilyn le funcionó, tal vez deberíamos darle una oportunidad a yoga.