Este animalito milenario que pareciera siempre estar sonriendo, tiene 32 mil pares de bases de ADN, cantidad 10 veces mayor a la del ser humano, lo que concierte a su genoma como el más grande que haya sido secuenciado.
Desde hace aproximadamente 150 años, el ajolote mexicano ha sido estudiado debido a su capacidad para regenerar sus extremidades, así como sus huesos, músculos, nervios e incluso órganos dañados… por eso, el interés de múltiples científicos por estudiar sus cualidades es muy grande.
Hoy, según informa el New Yor Times, gracias a una técnica de secuenciación genética que analiza el ADN, investigadores obtuvieron las herramientas necesarias para estudiar y tal vez conseguir manipular los genes de este animal -que por cierto está en peligro de extinción.
“Las técnicas utilizadas aquí son de punta […] Los datos que resultaron son increíblemente exhaustivos en comparación a otros genomas, sin mencionar uno tan grande como este”, dijo Ryan Kerney, biólogo de Gettysburg College.
Si antes no se había llevado a cabo esta secuencia, es porque este tipo de salamandra tiene un genoma con muchas partes repetidas, así lo explicó la científica del Instituto de Investigación de Patología Molecular en Viena, Elly M. Tananka.
“¿Cómo provoca una herida un cambio tan grande? No podemos entender eso sin saber qué partes distintas del genoma son utilizadas para alterar cómo se comportan las células” dijo Tananka.
Aunque los investigadores consiguieron identificar algunos genes que forman parte del proceso regenerativo, existen muchos más que son únicos en el ajolote, así que este show recién comienza.