Lo que necesitas saber:

María Sabina fue un referente de los años 60 y hoy es una voz que sigue viva.

La vida es eso que pasa mientas estamos haciendo otra cosa. Y sólo por eso, vale la pena aprender a experimentar los momentos y a darle sentido al presente. En ese sentido, siempre hay que acudir a los consejos de aquellos que se han dedicado a aprender de sobre la existencia. Y qué mejor que María Sabina y su sabiduría ancestral para alumbrar la incertidumbre y mostrarnos el camino a la felicidad.

Admirada por John Lennon y por una generación entera, Sabina fue algo más que una chamana mazateca que ayudó a difundir los poderes de la psilocibina entre los hippies, fue una verdadera eminencia en lo que se refiere a transmitir siglos de conocimiento prehispánico.

María Sabina fue un referente de los 60./Imagen La Grandiosa de Nochixtlán Facebook

Piezas de sabiduría que pasaron de generación a generación y que nos enseñan como concebían vida los primeros habitantes de México.

Las enseñanzas de María Sabina nos invitan a conectarnos con la naturaleza, a no tener miedo de hacer una introspección profunda y a buscar un equilibrio interior a través de la humildad y la apreciación de lo simple.

¿Quién era esa tal María Sabina?

Nació un 22 de julio de 1894 en un pueblito al norte de Oaxaca llamado Huautla de Jiménez, famoso por sus espectaculares paisajes de agua y bosque.

Ahí entre las montañas, María aprendió desde pequeña el legado chamánico de sus ancestros. La mayor parte de sus conocimientos fueron transmitidos por su abuela María  Concepción que sabía de plantas curativas y del inmenso poder de los hongos alucinógenos.

Imagen del pueblo donde nació María Sabina./Imagen Wikipedia

Con sólo 14 años, María Sabina tuvo su primera experiencia en el Reino Fungí. Usaba los hongos para aprender de ellos y para escucharlos. Eran a la vez un vehículo para conectarse con espíritus y una forma de sanar las heridas físicas e internas de las personas.

Empezó como curandera y después fue anfitriona de numerosas ceremonias, donde no sólo acompañaba a los viajantes en su tránsito por el universo psicodélico, sino que compartía las virtudes de la sustancia activa en el organismo y revelaba la importancia histórica que ha tenido para muchos pueblos indígenas.

El pueblo de María Sabina se volvió famoso en le mundo./Imagen Wikipedia

Estos rituales eran conocidos como Teonanáctl, una palabra de origen náhuatl que se traduce como carne de dios.

Las reuniones espirituales de María eran sencillas aunque sumamente intensas y profundas, consistían en invocar fuerzas del más allá y después tratar mediante los hongos de aliviar los males de los viajantes. Escucharlos, hacer que se escucharan, trabajar en sus dolencias y traumas.

Primero se hizo nombre en el pueblo, luego en la ciudad y después en el mundo.

Fue así como en los años cincuenta llegaron a la sierra de Oaxaca numerosos estudiosos de los hongos, entre ellos Robert Gordon vicepresidente de JP Morgan, el fotógrafo Allan Richardson de un periódico de Nueva York y hasta un reportero que le hizo una nota para la revista Life.

María Sabina se hizo famosa en el mundo. /Imagen La Grandiosa de Nochixtlán Facebook

La fama de la curandera mazateca creció y muy pronto fue visitada por personalidades inimaginables como Walt Disney, Aldous Huxley, escritor de Un mundo feliz, Bob Dylan, y supuestamente John Lennon, que dijo ver en el trance su propia muerte.

Consejos para la felicidad de María Sabina

Dicho todo lo anterior, aquí les dejamos algunas piezas de sabiduría que nos transmitió esta mujer que aunque murió un 22 de noviembre de 1985, dejó tras ella un legado inmenso, un gran amor por sus raíces y una duda que sigue vigente, ¿qué tanto la sabiduría ancestral le puede servir a la ciencia?

1. La conexión con la naturaleza: la felicidad sucede si estamos en contacto con las plantas y los animales. Sólo el viento puede ayudarnos a encontrar la paz y el canto de los pájaros el equilibrio.

2. La verdad está dentro de nosotros: Dedicar tiempo de nuestra vida a reflexionar sobre lo que sentimos y lo que pensamos es una manera sencilla de aprender a conocernos a nosotros mismos y por lo tanto encontrar la felicidad desde nuestra esencia. 

La instrospección es la clave de la felicaidad. /Imagen Unsplash

3. Aprendamos a escuchar: No sólo con los oídos, sino desde el corazón. Prestar atención a las personas que nos rodean es un camino para escuchar los mensajes que nos quiere dar la vida.

4. Encontrar un propósito: Cada humano debe de nacer con una misión que le de sentido a la existencia. Una vez que encontramos la razón por la que estamos aquí, tenemos que usarla para hacer que este mundo que compartimos sea mejor.

Confiemos en el poder sanador de la naturaleza./Imagen Unsplash

5. Seamos humildes: La sencillez siempre nos permitirá apreciar las cosas más simples de la vida, amar la belleza de las flores y encontrar alegría en el presente con lo que tenemos, no con lo que queremos tener. Hay que aprender a valorar lo que está.  

6. Confiemos en el proceso de la vida: Cada parte de nuestra existencia tiene un sentido que nos conduce al lugar en el que debemos estar. Hay que tener paciencia y no desesperarnos cuando las cosas no salen como las planeamos. En otras palabras, los momentos de infelicidad son paradójicamente el camino a la felicidad.

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