No eres capaz de cumplir lo que prometes todos los 31 de diciembre, ¿cierto? Eso no te convierte en el protagonista de Fin de Año Maldito, pero sí en la persona ideal para leer un listado con los 12 propósitos que nunca has cumplido, que seguramente te vas a proponer este 31 y que una vez más no vas a cumplir.
Pero no te preocupes, de alguna forma comprendemos la situación y sabemos que nunca es con intención el dejar las cosas colgadas y no cumplir año con año los clásicos propósitos de Año Nuevo. Esa es la verdad: entre el tiempo, el trabajo, el cansancio, el estrés y todo lo que se te ocurra, es imposible cumplir todo lo que prometiste mientras te comes unas cuantas uvas (que generalmente te traicionan y vienen con huesos).
1. Hacer ejercicio
Prometer ir al gimnasio es como la ley del monte: buscas ser la más bonita, la más esbelta… y nada. Este propósito es uno de los más elementales, básicos y menos cumplidos porque la vida simplemente no te lo permite, ¿cierto? Entre el trabajo, la familia, el novio o la novia, el cansancio, el “no me alcanza para un gimnasio”, los altos IMECAS y el tránsito (sobre todo para los que viven en la ciudad), resulta complicado, más no imposible. A ver qué tanto te dura este próximo año.
2. Bajar de peso
Va íntimamente ligado al primero y directamente relacionado con tu autoestima, sobre todo después de las miles de cenas que te tuviste que echar este último mes, o mejor dicho, estos últimos meses de este año. Bajar de peso es complicado y más si realmente no lo deseamos porque, para ser sinceros, quién en su sano juicio quiere dejar toda las garnachas, tacos, pozoles y variedad gastronómicas que nuestro país y su imaginación gourmet tiene para ofrecernos.
3. Comer más saludable
Va de nuez. Está ligada a las dos primeras y si no haces la primera, no haces la segunda y mucho menos la tercera. Quizá lo que nos hace falta es una motivación lo suficientemente fuerte como para darle el SÍ a las verduras, las cosas cosidas, las comidas sin sal y abandonar de una vez por todas todo lo que nos tapa un poro por cada mordida y nos quita momentos de juventud y frescura. Así que sé valiente, da el gran paso y compromete con lo que te conviene. O no y únete a esta lista de personas que no cumplen.
4. Leer un libro al mes
Esto es primordial pero es lo que más cuesta trabajo. Con tantas opciones de series y miles de plataformas de streaming, nadie quiere sentarse bajo una luz tenue y romántica y leer las miles de páginas de Guerra y Paz de León Tolstoi ni tampoco las dudosas y terribles novelas de Paulo Coelho. Así que no importa qué tanto te recomienden el best seller (al fin los hacen películas) que anda de moda o qué tanto te guste el chico o la chica culta que se lee un libro cada semana. Simplemente no quieres dejar la emoción de Stranger Things (que te dura una noche) por la sabiduría de una novela rusa cargada de más drama del que te imaginas.
5. Cambiar de trabajo
Básico para todos aquellos que odian su trabajo, alucinan a su jefe o no están haciendo lo que más quieren o les apasiona. Todos los años se hace la promesa de echar pila y buscar el trabajo que merecen, pero no sucede por diversas razones, casi siempre las mismas: tiempo y dinero. Así que con mucha seguridad, si no te gusta donde andas y tu chamba no te produce nada, estará presente en tus uvas pero no en la vida real… a menos que seas valiente y te decidas. Punto.
6. Dejar de fumar
Eres uno más de la borregada si prometes esto y no lo cumple bajo miles de pretextos que van desde el “me ayuda a quitarme lo estresado”, “es por la ansiedad” o “sólo fumo en fiestas”. Sí, como no. Bien sabes que ninguna de esas razones son válidas y que con un poco de esfuerzo y valentía, podrás dejar de hacerlo. Simplemente, y volvemos a lo mismo, no quieres dejar de hacerlo porque lo disfrutas. Así que, toma una decisión.
7. Vivir solo
Ésta va dirigida para todos los que tienen muchas ganas de emprender el vuelo y disfrutar de su libertad sin perder la comida que prepara la mamá, la ropa doblada y planchada que aparece mágicamente sobre la cama, el internet a mitad de precio y la gran dicha de no pagar una odiosa y alta renta que se termina siempre la quincena. Unas por otras, de eso se trata la aventura de vivir solo y que a la fecha no te has decidido a cumplir.
8. No llegar tarde
La amenaza de que se descuenten algunos días de la quincena no es suficiente para obligar a las personas a que lleguen temprano. Seguramente también llegaste tarde a la cena de fin de año y toda tu familia o amigos se te fueron encima porque siempre haces lo mismo y crees muy en el fondo que no lo puedes cambiar, pero sí. Lo sabemos muy bien. Por eso resulta elemental este propósito, porque no sólo te ha causado muchos problemas, sino también porque eres de los que se enojan si alguien llega tarde… es hora de cambiarlo.
9. Viajar
Todo mundo sueña con descubrir el mundo en su juventud hasta que llegan las cuentas y esos episodios oníricos en los que te encuentras lejos de aquí, desaparecen. Sin embargo, si te aprietas tantito el cinturón, puedes juntar un bonche para irte no tan lejos, pero sí fuera de tu entorno. Pero como nunca te organizas y (seamos honestos), las vacaciones en la vida godín no existen, este propósito deja de ser un deseo para convertirse en una simple uva del montón.
10. Ahorrar
Todavía no se acaba la quincena y queda puro polvo del aguinaldo ese que alguna vez creíste era real pero al parecer sólo fue un sueño que se disipó en deudas, muchas deudas. No obstante, este es uno de los propósitos que si no cumples, en verdad te vas a arrepentir (cof, cof ya no habrá pensiones para los millennials). Todos entendemos que es muy difícil ahorrar, más no imposible. ¿La recomendación? Aunque suene a consejo de papá contador: ahorrar el 10 por ciento de tu salario. ¡Ouch!
11. Tener o retener un novi@
Este propósito es complicado, y más si se trata de una persona que tiene complejo de abandono o algo similar. Primero, está la promesa de conseguir una pareja que vaya contigo al cine y con la que puedas hablar sin pena de tus gustos culposos; sin embargo, lo complicado es que esa misma persona llegué a la cena de Año Nuevo pero para recibir el 2019. Ahí está el detalle, pues.
12. Todo lo que no se ve… ni se siente
El número doce está reservado para todos esos deseos que son intangibles que pueden ir desde éxito, equilibrio, paz mental y cosas que te prometen en las sesiones de pare de sufrir, casi casi. Así que aprovecha bien el último propósito de Año Nuevo y procura elegir uno que sea complicado, pero no imposible para tus circunstancias actuales y personales. Por ejemplo, si estás en una relación, no pidas paz mental, o si no te gusta tu trabajo (como ya platicamos) no pidas éxito, porque las cosas no funcionan así y será un deseo más desperdiciado.