¿Por qué me interesa?
2025 es el año para viajar por México. Aquí algunas recomendaciones para descubrir la parte inadvertida.
Se acerca el fin de año y es hora de pensar en qué travesías vamos a hacer en 2025. Y aunque muchos quieren cruzar océanos, tomar vuelos largos y conocer el fin del mundo, la realidad es que no se necesita ir tan lejos para ver maravillas. México ofrece una colección divina de viajes y experiencias que tienen que ser vividas al menos una vez en la vida.
Más allá de los grandes destinos turísticos, nuestro país está lleno de bellezas culturales, naturales y gastronómicas. Cada pueblito, cada árbol en un bosque, cada ave que migró y cada platillo tradicional es una oportunidad no sólo de conocer nuevos lugares, sino de transformar la forma en la que vemos y sentimos la existencia.
A propósito de esto, hemos seleccionado diez pequeños viajes por México, necesarios para entender nuestra identidad, amar las raíces y sentirnos afortunados de haber nacido en un lugar lleno de contrastes, donde el pasado y el presente coexisten de maneras poéticas.
Un país, con forma de pájaro, en el que una montaña se convirtió en una pirámide y una pirámide en una iglesia en medio de la nada.
Conocer Malinalco
A poco más de una hora de la CDMX, este pueblo mágico ofrece paisajes eclécticos, que mezclan calles empedradas, casitas de colores, arquitectura colonial y muchos pasajes históricos. Aquí se firmaron tratados de la Independencia y entre sus casonas, Zapata luchó algunas batallas de la Revolución Mexicana.
Sin embargo, lo más impresionante es su zona arqueológica ubicada en el Cerro de los Ídolos. En este sitio, rodeado de vegetación y horizontes abiertos, hay vestigios de los primeros habitantes de México, cuyas huellas datan del año 3000 a.C, también hay evidencia del paso del imperio azteca de la mano del Tlatoani Axayácatl.
Viñedos en Querétaro
He aquí uno de esos lugares que lo tienen todo. Un Centro Histórico que es Patrimonio de la Humanidad, un antiguo convento que también es un museo de arte mexicano y muchos sitios para contemplar la naturaleza en todo su esplendor, sin embargo, una faceta de este destino un tanto desconocida es la posibilidad de caminar entre algunos de los mejores viñedos de México.
La zona vitivinícola de Querétaro ha crecido exponencialmente en los últimos años. Hoy en día, en el estado existen al menos veinte viñedos y queserías, ubicados en casonas viejas o ex haciendas. Para recorrerlas, hay varias rutas posibles y muchas se adaptan al fin de semana.
Playa en Colima
A pesar de ser uno de los tres estados más pequeños de México, Colima tiene mucho que ofrecer, sobre todo en lo que se refiere a naturaleza y a la posibilidad de escaparse a paraísos inadvertidos frente al pacífico con arena blanca, manglares y hasta una isla que es perfecta para los entusiastas de la vida marina.
Colima cuenta con más de 28 playas, cada una es una joya en si misma y se adapta a los deseos de cada visitante. Por ejemplo, en la Isla de Navidad se puede bucear, en Manzanillo hacer Surf, en Santiago ir con la familia y nadar con un oleaje tranquilo o en Boca de Apiza donde se pueden practicar deportes acuáticos
Viaje en tren, el Chepe
Poco a poco van regresando los trenes de pasajeros a México, sin embargo hay una ruta que siempre ha estado vigente, el Ferrocarril Chihuahua-Pacífico que recorre poco más de 670 kilómetros desde la capital de Chihuahua hasta los Mochis, en el corazón de Sinaloa.
Un viaje por esta ruta dura poco más de 16 horas, y es la posibilidad de contemplar algunos de paisajes más bonitos del norte de México. Desde la Sierra Tarahumara, rodeada de bosques, pasando por el Cañón del Cobre uno de los más grandes del mundo, hasta detenerse en pueblitos lejanos como Creel, donde hay recorridos guiados por la Barranca del Cobre.
Ballenas en Mazatlán
De todos los destinos de playa que hay en México, hay que decir que los Mazatlán es uno de los mejores. No sólo, se ubica entre el Mar de Cortés y el Océano Pacífico, sino que ofrece un atardecer totalmente anaranjado, en medio del mar, y aguas azules y templadas que son el refugio de miles de criaturas marinas.
Por si lo anterior fuera poco, todos los años Mazatlán recibe cientos de ballenas jorobadas, que migran del norte a principios de diciembre y se quedan hasta finales de marzo. Su estancia en las aguas del pacífico es tranquila, casi siempre se dedican a descansar, dan a luz y entrenan a sus crías. La mayor parte del tiempo, se las avista saltando, zambulléndose o moviendo su cola de arriba abajo.
Cafetales en Veracruz
Un viaje a las montañas de Veracruz es la posibilidad de contemplar de cerca el cultivo y la recolección del café en al menos diez regiones diferentes. Este estado es el segundo productor del país, y uno de los más importantes del mundo.
Su materia prima se caracteriza por su sabor suave y equilibrado y por las altitudes de sus cafetales, que van de los 600 a los 1,20 metros sobre el nivel del mar.
Visitar los cafetales de Veracruz es un viaje profundo por la riqueza cultural y natural del estado. Una exploración que permite conocer el Museo del Café en Coatepec, vivir los paisajes escarpados de Xalapa y recorrer el verde Parque Nacional de los Tuxtlas donde hay uno de los mejores jardines botánicos de México.
San Cristóbal de las Casas
Ubicada en el región de los Altos de Chiapas, San Cristóbal es algo más que una ciudad bonita, es más bien uno de esos sitios mágicos donde lo mejor que se puede hacer, es perderse.
Caminar entre calles empedradas, que parecen salidas de un cuento del siglo XIX, y meter la cabeza entre la niebla de las mañanas. Mirar a lo lejos las montañas, y probar un tamal que sabe a gloria.
A sólo 46 kilómetros de Tuxtla, San Cristóbal ofrece una diversidad cultural y agronómica única en México. Y aunque es un pueblo pequeño hay cientos de actividades en la naturaleza, museos, restaurantes y hasta la posibilidad de conocer más sobre los principales pueblos originarios del país.
Los siete moles en Oaxaca
Oaxaca es uno de esos estados que lo tienen todo. Una ciudad-monumento histórico, decenas de escapadas a la naturaleza como San José del Pacífico, y muchas de las mejores playas con aguas templadas del país.
Oaxaca es también el paraíso de buena comida mexicana, en particular del mole. Y es que en este estado, este platillo se pueden probar con distintos chiles, texturas y recetas y colores.
Desde el típico mole negro hasta el marchamanteles con chorizo, chile ancho y una salsa que deambula entre el picante y lo dulce. Sin duda un tour gastronómico, es también un viaje a las entrañas de nuestra herencia.
Amanecer en Xochimilco
Existen pocas cosas como subiese a una chinampa en la madrugada, navegar por uno de los pocos lagos vivos de la CDMX y ver el amanecer entre vegetación y cultura viva.
Y es que hacer un paseo por la zona lustre de Xochimilco, es poder contemplar ajolotes, más de 200 especies de aves como los pelícanos blancos, y contemplar el anaranjado profundo en el ecosistema chinampero, único en el mundo, un pasaje que nos recuerda cómo era la ciudad en la épocas prehispánicas.
Las iglesias de Cholula
En el corazón de Puebla, hay una ciudad cuya fundación data del año 500 a.C. Fue una urbe importantísima para varios grupos, entre ellos los nahuas, toltecas y los tlaxcaltecas. Aquí se hacían rituales, templos y distintas bases piramidales, una de ellas sobre una montaña, que es considerada la más grande del planeta.
Tristemente, la llegada de los españoles cambió el panorama. Y como en otros lados de México, sobre los grandes monumentos prehispánicos, se edificaron cientos de construcciones coloniales.
Hoy en día el pueblo cuenta con al menos 37 iglesias que son un Patrimonio Histórico de México y ofrecen la posibilidad de comprender cómo fue la evangelización.