Luego de estar desaparecida por más de 10 años, incluso sus padres ya la daban por muerta, la joven Xiao Yun fue localizada por las empeñosas autoridades de China. No estaba encerrada y mucho menos se fugó con el novio: todo este tiempo la oriunda de la provincia de Zhejiang se encontraba jugando en cibercafés.
El feliz hallazgo fue realizado por la policía china durante una inspección rutinaria a un cibercafé. Ahí, encontraron a la chica de ahora 24 años, quien portaba identificación falsa, lo cual despertó las sospechas de los “azules”. Después de una pequeña revisión, confirmaron que, en efecto, se trataba de la hasta ahora desaparecida.
Para que no hagan enojar a sus hijas: la propia Xiao Yun comentó que una discusión que sostuvo con sus padres fue la raíz de su prolongada ausencia. Una vez que se fugó de casa, la joven decidió darle duro a eso que tanto le gusta a las jovencitas… exacto: jugar online CrossFire. Además, explicó que la noche la pasaba en los establecimientos que no cierran ni siquiera de noche o, en su defecto, también se echaba sus coyotitos en albergues.
Para costear su entretenimiento y mantener una sana alimentación basada en comida rápida, la chica ocasionalmente trabajó como cajera y en trabajos ocasionales que obtenía en los propios cibercafés.
Por andarse haciendo la desaparecida, a la joven se le impuso una multa de mil yuanes (cerca de 150 dólares)… bueno, en realidad fue por resistencia a la autoridad, para después contactar a los angustiados padres del feliz hallazgo. Nada más par que vean lo que es el amor maternal: en todo este tiempo la madre de Xiao nunca cambió su número telefónico con la esperanza que su hija algún día la contactara…
Historias como ésta no son raras en aquellas tierras. Por ejemplo, a inicios de este año, un joven murió en un cibercafé luego de jugar ininterrumpidamente por tres días. En otra ocasión, una chica dio a luz al interior del cubículo de unos de estos establecimientos… claro, todo para no abandonar el videojuego, esto en Taiwán. En Japón, según un censo realizado en 2007, cerca de 60 mil 900 personas admitieron dormir en los cibercafés, mientras que alrededor de 5 mil 600 aseguraron casi, casi, vivir ahí.
