“¡Salud!”, celebraba —con copa en mano— el multimillonario dueño de un hotel durante una extraña conferencia, con menos de 150 invitados. “Que podamos tomar vino durante cientos de años”. Es la narración de un evento secreto que, a miles de kilómetros de distancia, suena absolutamente increíble… o preocupante.
Un grupo de billonarios se reunió en los alpes suizos con la intención de vivir para siempre.
La periodista Jessica Hamzelou, especialista en biotecnología para una publicación del MIT de Estados Unidos, cuenta una historia exclusiva que es tan interesante como escalofriante.
Con decirles que las personas más ricas de nuestro planeta están interesadas en detener al único rival que, creemos, el dinero no puede vencer. Quieren detener el paso del tiempo, derrotar al envejecimiento y finalmente, ganarle a la muerte. ¿Los primeros pasos? La entrada a una exclusiva conferencia en uno de los lugares más hermosos de la Tierra.
Hamzelou cuenta que están reunidos en un hotel en las montañas de Suiza, son menos de 150 invitados pero todos tienen miles de millones de dólares listos para invertir en proyectos de biotecnología que puedan hacerlos vivir para siempre.
La entrada solo costaba 4 mil 500 dólares —cerca de 90 mil pesos—, pero vetaron a cientos de personas cuyas carteras no daban el ancho.
“Nunca había visto a un científico detener su conferencia para hacer un ‘workout anti-envejecimiento’ o ver a los invitados hacer sentadillas durante las sesiones de conversación”, cuenta la periodista. “Las personas tomaban bolsas de pastillas todos los días, con la esperanza de extender sus años de buena salud”.
Quieren vivir para siempre
El evento en Suiza es una absoluta locura y la narración de la periodista nos voló la cabeza.
En medio de la cena —promocionada como “menú de rejuvenecimiento”—, narra que un grupo de multimillonarios se corta la mano en la mesa para sacarse gotas de sangre, mientras se hacen un test genético para medir su edad biológica.
Otros invitados discuten técnicas más tradicionales, como baños de agua helada, rutinas de ejercicio de alta intensidad, alguna combinación extraña de suplementos o, en casos más extremos, hablan de pastillas o medicamentos que todavía no salen al mercado o necesitan exclusivas recetas.
“Algunos toman tantas que llegan con fallas renales antes de sus treinta”, le confiesa una doctora que atiende estos casos.
Durante la recepción de la conferencia en Suiza, los invitaron a respirar aire bajo en oxígeno. Imagínense a los multimillonarios, con champaña en mano, discutiendo su futuro con mascarillas pegadas a la cara.
La periodista cuenta que ella misma recibió una dotación de 60 días de suplementos.
Pero más allá de las locuras o extravagancias, esta reunión en los alpes suizos tiene intenciones más importantes. Laboratorios médicos de todo el mundo buscan conseguir fondos para seguir trabajando con tratamientos experimentales que alarguen la vida humana.
Hamzelou explica que todas las empresas hablan de recursos superiores al billón de dólares. Sí, con B. Entre sus inversionistas están personas como Jeff Bezos, la realeza de Arabia Suadita y un grupo masivo de multimillonarios que nunca hemos conocido —ni conoceremos.
Aunque claro, la periodista cree que todo se basa en un optimismo exagerado. “Me dio la impresión de que los invitados creían que con más dinero los resultados positivos estarían listos en unos cuantos años”, cuenta en su publicación para el MIT.
La realidad es que extender nuestra vida para siempre sigue siendo un sueño lejano.
Aunque no se me desanimen, algunos estudios comienzan a sorprendernos. Como una medicina llamada rapamicina que ha demostrado que puede extender la vida de algunos roedores. También un tratamiento que le inyecta sangre de jóvenes ratones a los más viejos, que parece rejuvenecerlos un 25%.
Es una total locura, aunque claro, esos experimentos no se han probado en humanos hasta el momento.
Viéndolo a la distancia, parece que la biotecnología está en un momento increíble y su futuro —así como el de la humanidad— apunta a romper con todos los límites que creíamos naturales. ¿El problema? Que con esas rupturas aparecen nuevos límites artificiales, como nuestras cuentas de banco.
¿Será posible que los avances humanos queden solo en la sangre de las personas más ricas del planeta? “Quiero vivir lo suficiente para ver resultados positivos”, reflexiona la periodista.
Si quieren leer la narración completa de Jessica Hamzelou la pueden encontrar AQUÍ.