Desde sus humildes inicios, el mundo de los videojuegos ha evolucionado enormidades en muy poco tiempo. Pasando de cosas tan simples como llegar del punto “A” al punto “B”; a la creación de mundos inmensos y en algunos casos, galaxias de contenido que nos dan horas de entretenimiento.
Iniciando con acciones muy sencillas y el uso de uno o dos botones, hoy en día nuestros controles albergan hasta 8 botones, dos palancas y por supuesto, flechas direccionales. Esto ha hecho que los modos de juego se hayan expandido de maneras inimaginables.
Igualmente, con cada generación nueva, los gráficos se han convertido en parte de la espina dorsal que mantienen a esta industria, regalándonos cada vez más, impactantes y detallados ambientes con los cuales podemos interactuar.
Esto último ha causado una división muy clara entre los jugadores, aquellos que buscan una experiencia de juego única y divertida, mientras que los otros solo buscan visuales más definidos e impresionantes.
Todas estas variantes me han llevado a hacerme la pregunta: ¿Gráficos o gameplay?
Para mí, en un principio la respuesta era obvia, pero después de experimentar juegos como Heavy Rain, The Walking Dead y Beyond Two Souls, la verdad ya no me encuentro del todo seguro.
Cuando los videojuegos se hicieron del público en los años 70, una gran mayoría ni siquiera tenían gráficos o gameplay. En esos tiempos reinaban los títulos de Aventuras Interactivas, las cuales funcionaban mediante el uso de comandos escritos y de tarjetas.
No sería hasta la época de los 80 que los videojuegos empezaron a tomar la forma que conocemos hoy en día con la llegada de Nintendo y Sega.
Estas dos compañías iniciarían una guerra de consolas, argumentando que una podía hacer más que la otra, enfocándose principalmente en el aspecto visual.
Los que crecimos a mediados de los 80 y principios de los 90, recordamos los juegos no por su capacidad gráfica, sin por su manera tan inteligente de resolver muchas de sus limitaciones, al entregarnos un gameplay divertido y difícil.
A pesar de que al final era el gameplay el que definía el éxito de un juego, todos nos enfocábamos principalmente en el aspecto visual y es que cómo dicen por ahí: de la vista nace el amor.
Regresando a nuestro presente, los juegos que mencionamos se valen de sus visuales para contarnos una historia, dejando a un lado la utilización de un gameplay complicado y apostando por una narrativa más fílmica.
Si bien, en este tipo de títulos está justificado que el enfoque principal sean los gráficos, en otros tipos de juegos lo más importante es el gameplay.
Como un ejemplo de esto, tomaré a Street Fighter 5, que a pesar de ser un buen juego de peleas, la carencia de modos de juego lo convierten en uno de los títulos más decepcionantes del año.
Visualmente podemos notar que Capcom realizó un gran esfuerzo, pero de nada sirve en el momento en que, a menos que quieran jugar en línea, no hay nada más que hacer.
Ahora, agarremos a un título que aún no ha salido, pero cuyo demo ya puede ser descargado y a pesar de su condición como una muestra, es más entretenido que el último juego de Capcom.
Cuando vi las primeras imágenes de King Of Fighter XIV, lo primero que me dije fue: que mal se ve.
Y es que seamos honestos, el juego se ve como un título de inicio del PlayStation 3 y del Xbox 360. Fuera de su resolución Full HD y sus 60fps, pareciera un paso atrás de títulos como el ya mencionado Street Figther 5 y Mortal Kombat X.
Pero después de jugar su demo, mi visión de este juego cambió de inmediato, ya que con sus 6 personajes disponibles, obtuve un disfrute mucho mayor que con los juegos antes mencionados.
A pesar de sus gráficos inferiores, KOF XIV es un mejor juego (hasta lo que pude jugar) de peleas.
Claro, el gameplay y los gráficos no deben de estar peleados, como nos la han demostrado juegos como Okami, en el cual el modo de juego se funde con sus visuales para entregarnos uno de los títulos más memorables:
En fin, al final cada quien decidirá que es lo que más le gusta, y en el mejor de los casos, podremos encontrar un balance entre ambos apartados y de esa manera, expandir nuestra manera de experimentar los videojuegos.