Pues ya estamos –desde hace rato– en la época del desarrollo de Inteligencia Artificial y, debido a la información que ofrecemos a ésta, es necesario comenzar a poner reglas. Así lo vieron en la UNESCO y por eso sacaron documento que se espera que se tome de guía en legislaciones de los países.
Ayer, 25 de noviembre, se puede considerar un día histórico, ya que se creó la primera norma mundial sobre ética relacionada con la inteligencia artificial, la cual “establece valores y principios comunes que guiarán la construcción de la infraestructura jurídica necesaria para garantizar un desarrollo saludable de la IA”.
El texto presentado por Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, tomó dos años en ser redactado y aborda las amenazas a la privacidad, la constante vigilancia, así como los prejuicios de género y étnicos nacidos del uso de Inteligencia Artificial en cada vez más actividades de nuestra vida diaria.
“El mundo necesita reglas para que la inteligencia artificial beneficie a la humanidad. La Recomendación sobre la ética de la IA es una respuesta importante. Establece el primer marco normativo mundial, al tiempo que otorga a los Estados la responsabilidad de aplicarlo a su nivel”, señaló Azoular.
¿Qué recomienda la UNESCO sobre la Inteligencia Artificial??
A grandes rasgos, en el documento de 30 páginas se hace hincapié en sólo cuatro asunto. Pocos, pero de gran importancia: Protección de datos, prohibición de los marcadores sociales y la vigilancia masiva, ayudar a supervisar y evaluar y protección al medio ambiente.
En el primer rubro, la UNESCO pide a las desarrolladoras de infraestructura (y grandes empresas) que se garantice la privacidad de los usuarios, se les ofrezca protección y que siempre sean ellos los que tengan el control de su información: “todos los individuos deberían poder acceder a sus registros de datos personales o incluso borrarlos”.
En lo relativo a vigilancia masiva, la recomendación es prohibir explícitamente que la Inteligencia Artificial sea usada para tan manchada práctica. Esto, con conocimiento de los alcances que tienen las tecnologías para invadir y vulnerar los derechos humanos.
“La Recomendación subraya que, a la hora de desarrollar marcos normativos, los Estados Miembros deben tener en cuenta que la responsabilidad última y la rendición de cuentas deben recaer siempre en los seres humanos y que no se debe otorgar personalidad jurídica a las tecnologías de IA por sí mismas”.
Respecto a “supervisar y evaluar”, la UNESCO refiere que ofrecerá ayuda a países y empresas desarrolladoras de Inteligencia Artificial para evaluar el impacto ético de ésta en las personas, sociedad y medio ambiente…
Y, precisamente en lo relativo a medio ambiente, la UNESCO recomienda que los actores vean siempre cómo aplicar sus desarrollos en la lucha contra el cambio climático y el tratamiento de problemas medioambientales.
Y, claro, “la Recomendación pide a los gobiernos que evalúen el impacto medioambiental directo e indirecto a lo largo del ciclo de vida del sistema de IA. Esto incluye su huella de carbono, el consumo de energía y el impacto ambiental de la extracción de materias primas para apoyar la fabricación de tecnologías de IA”.
La UNESCO apoyará a sus 193 Estados Miembros en su aplicación de estas normas y les pedirá que informen periódicamente sobre sus progresos y prácticas.