El uso de robots asesinos para trabajos policiales o en materia de estrategia militar marcarán un punto de no retorno en todo el planeta.

En 2016, se dio un cambio para siempre en las estrategias de fuerzas policiales en Estados Unidos. En medio de un tiroteo en Dallas, Texas, en el que un sniper estaba cobrando vidas de policías al por mayor, se decidió abatir al tirador con un robot cargando explosivos C-4. Para no exponer más vidas humanas, se condujo al robot hasta que sorprendiera al pistolero por detrás. En un momento difícil, la tecnología militar fue de ayuda para neutralizar una amenaza compleja.

Desde hace años los drones de combate han cambiado la cara de las guerras en todo el mundo. Por ejemplo, entre los documentos revelados del Pentágono en 2021 se encontró que miles de civiles han muerto a mano de vehículos y robots operados a la distancia por militares. Es más, han desempeñado un rol primordial incluso en la actual guerra entre Rusia y Ucrania, en la que la tecnología permite que ambos bandos ataquen y defiendan de manera constante.

El uso de robots asesinos para trabajos policiales o en materia de estrategia militar marcarán un punto de no retorno en todo planeta.
Foto: Pixabay

¿Pero qué pasa cuando la inteligencia artificial entra al quite? Es decir, en el momento en que se pueden automatizar los procesos de seguridad, vigilancia e incluso en situaciones de emergencia relacionados con la guerra. ¿Qué debe considerarse al incorporar esos robots? Y, quizá más importante aún, ¿cuáles son los límites del uso de una tecnología que puede matar?

Robots asesinos, inteligencia artificial militar y decisiones difíciles

Por supuesto que no hay respuestas fáciles a las preguntas anteriores. Pero la ciudad de San Francisco recientemente se vio en la necesidad de tener que atenderlas. Primero, la semana pasada se votó a favor de una propuesta para obligar a su departamento de policía para tener inventarios claros de equipo militar; paralelamente, permitía usar robots para matar a sospechosos en situaciones de emergencia para el cuerpo policial de la localidad.

Sin embargo, se tomó posteriormente la decisión de frenar de tajo la aprobación de la ley. Tras protestas en San Francisco, así como quejas de miembros del consejo, se pospuso la incorporación de estos robots asesinos a las opciones de reacción de la policía. No obstante lo anterior, la fuerza pública de la ciudad ha mencionado que el uso de esta tecnología militar quedaría absolutamente restringida a situaciones de emergencia extremas.

Y la realidad también es que esos robots con capacidad letal ya son parte del arsenal policiaco en Estados Unidos. A pesar de ello, rara vez son empleados… contra su propia población y en territorio gringo. Porque precisamente los drones llevan décadas siendo utilizados como parte de las estrategias militares de muchísimos países. (Si alguien está interesado en este tema, el libro Mundo dron de Naief Yehya funciona como una introducción bastante accesible para cualquier persona.)

¿Adónde vamos a parar?

Pero el siguiente paso de los robots asesinos está a la vuelta de la esquina. E incluirá discusiones y preguntas complicadísimas de resolver. Porque no es lo mismo un vehículo letal que tenga que ser operado por profesionales que uno con una inteligencia artificial que le permita hacerlo de forma autónoma. Y cada vez hay más avances en tecnología del tipo que fácilmente será—y ya es—adaptada a un uso militar.

Los drones automatizados por inteligencia artificial ya son una realidad en pruebas beta de distribución de productos y material médico. Lo mismo pasa con robotaxis que operan en China desde el año pasado. Y ni se diga de los hogares que cada vez más son operados por robots con capacidad de mapeo y reconocimiento de hábitos y patrones de una familia completa. Encima de todo, la inteligencia artificial aplicada a estrategias militares permite procesar millones de datos simultáneamente para reconfigurar y optimizar el funcionamiento de un ejército.

La confluencia de inteligencia artificial y robots letales puede crear una tecnología que modificará para siempre lo que entendemos por seguridad pública. Sobre todo, en la medida que se incorporen realmente al abanico de opciones del Estado para vigilar y castigar. San Francisco le dijo que no al uso de robots asesinos, por ahora… ¿pero por cuánto tiempo más?

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Soy Raúl, pero la gente me conoce como Ruso. Estudié letras inglesas en la UNAM y tengo una maestría en periodismo y asuntos públicos por el CIDE. Colaboro en Sopitas.com desde hace más de seis años....

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