Hoy en día, cuando hablamos de animación creada a computadora, el nombre de Pixar es lo primero que se nos viene a la cabeza. La evolución e influencia de este estudio de animación ha sido brutal con películas como Toy Story, Buscando a Nemo y Moana.
Sin embargo, su origen en la década de los 80 no se asemeja para nada a lo que conocemos el día de hoy. Creada por Lucasfilm, esta división computacional se dedicaba a la creación de equipo y algoritmos para hacer una animación:
Uno de sus primeros grandes avances, fue la Pixar Image Computer, computadora de vanguardia capaz de renderizar objetos de gran detalle… para la época por supuesto.
Sin embargo, el costo de este aparato era bastante elevado. Para hacerse con una computadora Pixar se debía soltar la inmensa cantidad de 135 mil dólares. Además era necesario añadirle una estación de trabajo de Sun Microsystems o de Silicon Graphics, las cuales tenían un costo de 35 mil dólares.
Si bien para nosotros estas animaciones se ven muy crudas y un tanto obsoletas, en los años 80 eran consideradas como lo mejor de lo mejor; la vanguardia del mundo de la computación.
Sin embargo, debido a los altos costos de estos aparatos, las computadoras Pixar no eran algo viable. Vaya, ni siquiera el gobierno estadounidense podía costearlas. Fue por eso que George Lucas vendió esta parte de su basto imperio por sólo cinco millones de dólares.
¿Quién fue el afortunado comprador? El visionario llamado Steve Jobs.
En fin, lo demás es historia y el día de hoy Pixar es uno de los más grandes y prolíficos estudios de animación del mundo, continuando con la revolución de la animación a computadora.