Con los esfuerzos de rescate para encontrar a los sobrevivientes del sismo ocurrido el 19 de septiembre, uno de los elementos más importantes para esta vital tarea son los perros de rescate.
Gracias a su olfato e incansable tenacidad, estos canes entrenados para identificar el olor de las personas enterradas en los escombros se han convertido en los héroes más destacados en estos momentos de necesidad para cientos de personas.
Pero ¿qué es lo que estos perros detectan?
Como otros perros de servicio, están entrenados para detectar olores particulares, mismos que los ayudan a encontrar a personas atrapadas bajo cientos de escombros, estén estas con vida o muertas. Estos olores son: el olor de una persona ahogada, del hueso humano quemado, del estrés y de la putrefacción de un cadáver.
El Universal siguió a uno de los binomios que están ayudando en los rescates de la CDMX. Fue así que el entrenador de Oporto, pastor alemán que se encuentra olfateando los escombros de los edificios caídos, contó al periódico la manera en que el perro detecta y avisa si encontró algo, sin importar si esto está con vida o no:
Oporto le ha dicho a los topos en este día que hay cuerpos, él no sabe si con vida o no, él sólo rasca, ladra y avisa.
Mientras para que nosotros estos olores son prácticamente indetectables, los perros son capaces de poder oler las 40000 células por minuto que desprende nuestro cuerpo. Tanto la sudoración como los tejidos muertos activan su sentido del olfato.
Además de ser seleccionados por su habilidad para aprender a detectar estos olores, cualquiera de los perros que entren al programa deben de ser capaces de trabajar en entornos hostiles, rodeados de ruidos y la tensión de la gente, así como trabajar sin descanso y en temperaturas extremosas.
Y bueno, no hay más que agradecer la valiosa función que estos perros realizan, ya que sin ellos cientos de personas nunca hubieran sido encontradas con vida, además de que también ayudan a que la gente pueda despedirse de sus amigos o familiares.