A pesar de que los perros son las mascotas por excelencia, no se puede negar que hay pocas cosas más atemorizantes que un perro a punto de atacar.
Hay muchas maneras de lidiar con un perro furioso o asustado: desde no correr de ellos o darles la espalda, hasta mantenerse firmes y no demostrar miedo, en especial porque son capaces de olfatear el momento en el que más nos atemorizamos.
Pero según la ciencia, esto no es más que un vil mito. De acuerdo a un reportaje del New York Times, no hay prueba científica que determine que los perros puedan hacer algo como ‘oler el miedo’.
Especialistas en el comportamiento canino, como la Dra. Katherine Albro Houpt, dicen que es más común que los perros ataquen a las personas que se les acercan de manera despreocupada a aquellos que huyen de ellos:
“Sabemos que los perros son más propensos a atacar a personas que huyen. Ellos responden a una agresión depredadora, no porque reconozcan el miedo en su víctima”.
De hecho, quedarse quieto es lo mejor, ya que los perros tienden a ignorar a las cosas que no se mueven. Otro factor que hace que te ataquen es el verlos directamente a los ojos y acercárseles sin más ni más, pues para ellos ese tipo de acercamiento es intrusivo y una muestra de dominio o agresión.
Claro, también cabe destacar que no se ha realizado ningún tipo de experimento para ver si los perros reaccionan a algún cambio químico cuando la gente les tiene miedo, o si es el lenguaje corporal lo que toman en cuenta.
En fin, recuerden que los perros también necesitan de su espacio personal, así que no se les abalancen como si fueran unos juguetes.