La minería de criptomonedas enfrenta un mercado complejo de cara a 2022: obstáculos que pondrán en jaque a toda la industria en su conjunto.

Apenas el mes pasado se dio el más reciente derrapón en el mundo de las criptomonedas. Terra USD y LUNA—una stablecoin y su criptodivisa hermana—perdieron más de 99% de su valor en cuestión de días. En buena medida, esto se debió al andamiaje algorítmico que las sostenía; sin embargo, su caída causó estragos en gran parte del ecosistema. Por ejemplo, el precio de Bitcoin disminuyó alrededor de 100,000 pesos por unidad en menos de una semana. Y el mercado entero quedó desbalanceado por ese crash. Aunque todavía existen entusiastas por la criptolocura que esperan que pronto todo vuelva a recuperarse, lo cierto es que cada vez hay menos confianza en estos activos financieros. Algo que incluso comienza a afectar a la minería computacional detrás de ellos.

La industria de las criptomonedas es una volátil. Depende demasiado del poder de actor preponderantes en el sector. Asimismo, cada movimiento brusco desencadena reacciones en todo el espectro de lo cripto. Un millonario puede impulsar el frenesí por invertir en un meme con efectos notables en el mercado bursátil… nada más para ver cómo se desploman sus precios después de que pasa el chiste. O un país puede modificar toda la balanza de la industria con decisiones legislativas. Por ejemplo, como en septiembre del año pasado, cuando China volvió ilegales todas las transacciones en criptodivisas en su territorio. Y mandó a perdidas bestiales a casi todas las criptos.

Tomando lo anterior en consideración, no es de sorprenderse que en menos de 6 meses, una unidad de Bitcoin pasó de valer más de 1,300,000 pesos mexicanos a situarse por debajo de los 560,000 hace apenas unas semanas. Cada acontecimiento mayor en el mundo de las criptomonedas impacta enormemente al sector en su conjunto.

¿Peligra la minería de criptomonedas?

Como la volatilidad y especulación son parte fundamental de las criptomonedas, con frecuencia se olvida que estos activos digitales no aparecen por generación espontánea en el mundo. El proceso para “acuñar” una divisa de este tipo es complejo. Se le conoce como minería, a partir de que se utilizara el concepto para la obtención de bitcoins. Requiere de muchísimas computadoras potentes; de una buena cantidad de recursos financieros; además de cantidades enormes de energía para operar. Se lleva a cabo mediante la solución de problemas matemáticos, en el que millones de personas compiten por ser los primeros en lograrlo. Parte de lo que hacen los mineros es validar transacciones en la cadena de bloques de Bitcoin, ofreciendo una suerte de auditoría en los usos que se le dan a las divisas existentes. Para quien esté interesado en conocer todas las minucias del proceso, acá se encuentra una explicación detallada.

Imagen: Pixabay

Los vaivenes en el precio de criptomonedas no sólo afecta a poseedores de estos activos. Esa volatilidad actualmente comienza a en poner en peligro a toda la operación del ecosistema; particularmente, en la medida en que la minería de criptodivisas se ve estrangulada por diversos factores. Por un lado, los precios de la energía se encuentran por las nubes. Tanto la gasolina como la electricidad ponen en jaque—desde el año pasado, algo que hemos visto hasta en el aumento de precios de nuestros adorados taquitos—a casi todas las industrias a nivel global. Simultáneamente, los precios de las cripto han mostrado tendencias de pérdidas generalizadas desde noviembre pasado. Es decir, la minería de estas divisas está siendo más costosa y menos redituable. Por último, durante la criptolocura de 2021, buena parte de las empresas dedicadas a esto invirtieron fuertemente en maquinaria para aprovechar el furor por estos activos.

¿Qué le depara?

Los mineros de criptomonedas enfrentan un mercado complejo de cara a 2022. No dudemos que en los próximos meses—o semanas—se verá otro evento igual de catastrófico que el crash de Terra USD y LUNA. Lo que seguirá abonando a hacer de la minería de estos activos un negocio todavía menos redituable. Pero que, a su vez, complicará las lógicas y dinámicas del mercado de criptodivisas en la medida en que no se generen más cadenas de bloques que acuñen más monedas que puedan ser incorporadas al ecosistema cripto. De frente a estos problemas, distintas empresas dedicadas a esta minería están comenzando a vender criptomonedas de su stock para tratar de operar con márgenes más holgados. Pero es probable que en este escenario las compañías más preponderantes empezarán a adquirir a sus contrapartes más pequeñas. Dotándoles de mayor poder en la industria.

Imagen: Pixabay

Pero aunado a todo lo anterior, también hay cada vez más esfuerzos regulatorios de gobiernos para poner candados—sobre todo medioambientales—a la minería de criptomonedas. Por ejemplo, hace apenas unos días, a principios de junio, en Nueva York se aprobó una iniciativa para frenar las operaciones de mineros que utilicen intensamente combustibles fósiles como fuente de energía para su actividad.  Esta es una tendencia a nivel mundial. No sólo en términos de minería de cripto, sino en general sobre los alcances y límites de las criptomonedas. No es fortuito que al mismo tiempo en Japón se pasó una ley sobre stablecoins para proteger a inversionistas en caso de otro crash como el de LUNA. 

El mundo está reaccionando a los problemas del mundo de las criptomonedas y su minería. La pregunta obligada que queda será si las criptomonedas sabrán adaptarse a esa reacción antes de llegar a un crash final. 

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Soy Raúl, pero la gente me conoce como Ruso. Estudié letras inglesas en la UNAM y tengo una maestría en periodismo y asuntos públicos por el CIDE. Colaboro en Sopitas.com desde hace más de seis años....

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