Una vez más, la NASA ha encontrado una manera de demostrarnos que el universo guarda miles de fascinantes sorpresas. En esta ocasión, la organización ha retomado las palabras de Thomas Zurbuchen, el Administrador Asociado del Directorio de Misiones Científicas, quien presentó sus ideas al Comité de Ciencia, Espacio y Tecnología de la Cámara de Representantes de Estados Unidos el pasado 26 de abril, asegurando que están más cerca que nunca de hallar vida en otro planeta.
Teniendo en cuenta diferentes actividades y misiones que hoy están buscando, específicamente, pruebas de vida extraterrestre, puedo decir que estamos a punto de hacer uno de los descubrimientos más profundos y sin precedentes de toda la historia, dijo Zurbuchen ante el comité.
Habiendo esto dicho, ahora debemos explicar por qué aquel hombre está tan seguro de que puede encontrar a otros seres vivos en el espacio.
Antes que nada, es importante señalar el trabajo realizado en el pasado. Sobre todo los resultados de la expedición de Curiosity en Marte, que plantearon la posibilidad de que en el pasado, éste tuvo la capacidad de sustentar los ingredientes de la vida.
Si a eso sumamos el hallazgo de hidrógeno en la luna de Saturno Encelado, los resultados obtenidos al usar el Telescopio Espacial Hubble para analizar los océanos de metano en Europa y la luna que se encuentra en Júpiter, podemos entender fácilmente por qué Zurbuchen cree fervientemente que no estamos solos en el espacio.
Obviamente, aquí estamos hablando sólo de la información que sirve para nutrir todas las investigaciones, pero hace falta entender cómo es que la NASA trabajará en el futuro para continuar con su búsqueda. Por eso es de vital importancia preguntarnos: ¿Cuáles son las misiones futuras?
Para responder a esa pregunta, debemos hacer mención de los 3,400 exoplanetas que han sido detectados por los telescopios Kepler y Spitzer. Siete de estos mundos tienen el tamaño de la Tierra y son cercanos a una estrella llamada TRAPPIST-1, así que se tiene material suficiente para realizar varias investigaciones.
Según las palabras del Administrador Asociado de la NASA, los telescopios Spitzer, Hubble y Kepler seguirán recopilando datos para los astrónomos; sobre todo cuando éstos comiencen a operar con el Telescopio Espacial James Webb, cuyo lanzamiento se ejecutará en 2018. Éste tiene una sensibilidad mucho mayor a la de cualquier herramienta utilizada anteriormente, ya que es capaz de detectar huellas químicas en el agua, el metano, el oxígeno, el ozono y otros componentes que forman parte de la atmósfera planetaria.
También se tiene planeado realizar un análisis de las temperaturas y presiones en la superficie de algunos de estos misteriosos planetas, ya que son un factor clave para determinar su habitabilidad.
Otra misión futura implica el lanzamiento del Transiting Exoplaet Survey Satelite (TESS), que servirá para estudiar todo el cielo en busca de cuerpos cercanos. A mediados del 2020 comenzarán a utilizar el Wide Field Infrared Survey Telescope, que será capaz de obtener imágenes directas de los exoplanetas y estudiar la estructura química de su atmósfera usando la luz que reflejan sus estrellas.
Thomas concluyó su comunicado anunciando que más adelante llegarán misiones aún más específicas y complejas. Algunas de éstas, como la Habitable Exoplanet Imaging Mission y la Large Ultraviolet/Visible/Infrared surveyor, operarán a largo plazo y permitirán a los científicos hacer descubrimientos que jamás hubiéramos imaginado.
Quedan muchas preguntas por resolver, pero sólo el tiempo y el trabajo de los estudiosos determinarán si la raza humana es capaz de resolver una de las incógnitas más grandes formuladas en su historia. Esperamos poder vivir lo suficiente para saber si hay vida en otros lugares de la galaxia.