Lo que necesita saber:
Científicos han descubierto que una clase de mosquitos utilizan la detección infrarroja para encontrar y picar a los humanos.
Y nosotros solamente con un matamoscas para defendernos… Científicos han probado que hay una clase de mosquitos que utilizan una especie de detección infrarroja para encontrar y picar a sus objetivos humanos. Sí, lo más preocupante es que se trata de un tipo de mosquito que transmite diferentes enfermedades.
Mosquitos usan detección infrarroja para picar
¿No nos creen? Pues de acuerdo con un nuevo estudio publicado en la revista científica Nature, investigadores han descubierto que una clase específica de mosquitos utilizan una detección infrarroja para detectar y picar a los humanos.
Así es; esta clase de mosquitos es la Aedes aegypti, una que se ha comprobado que, además de alimentarse de la sangre humana, es de las principales que contagian virus peligrosos como el dengue, la fiebre amarilla, el zika o el chikungunya.
¿Cómo detectan los mosquitos a los humanos?
Los científicos explican que estos mosquitos notan primero la más mínima expulsión de dióxido de carbono en el aire, la cual es provocada por la respiración de los humanos.
¿Lo sorprendente? Que los insectos hacen esta detección a más de diez metros del humano objetivo.
Entonces los mosquitos también empiezan a seguir otros indicadores de las personas, tales como el olor, el cual también detectan a uno o dos metros de distancia.
De esta manera, los mosquitos Aedes aegypti dan con sus objetivos y picarlos; o sea, nosotros, los humanos.
Y es que los científicos señalan que los mosquitos tienen mala visión, por eso usan estas habilidades, aunque éstas se pueden ver afectadas cuando hay corrientes de aire.
Pero si estos insectos saben que están por agarrar a sus objetivos, al menos a diez centímetros de la piel de las personas, éstos se guían por la humedad y el calor de los cuerpos. Sí, la detección infrarroja.
¿Cómo saben que tienen esta habilidad?
Pues porque los científicos armaron algunos experimentos para poner a prueba la detección infrarroja de los mosquitos. Por ejemplo, colocaron a 80 hembras en una jaula, a poquitos centímetros de dos placas, una a temperatura ambiente de 29.5ºC, y otra a una temperatura parecida a la humana de 34ºC.
Igualmente se utilizó la emisión de una nube de dióxido de carbono y también de olor de sudor humano proveniente de un guante.
¿Qué observaron los científicos? Pues se dieron cuenta que una sola señal, ya fuera de dióxido de carbono, olor o radiación infrarroja de la placa a la temperatura de la piel provocaba una respuesta débil.
Peeero… se percataron que una combinación de olor y dióxido, así como de radiación infrarroja, la respuesta era mucho mayor.
Y a todo esto… ¿De qué sirve saber esto? Para crear mejores trampas para los mosquitos, aseguran los científicos.
