Este 20 de junio es el solsticio de verano y también es una jornada conocida como el día más feliz del año o yellow day. Pero ¿por qué? ¿qué tiene este día que nos hace tan felices?
Si bien este calificativo tiene que ver con varios factores, quizá el principal es la luz del Sol. En el hemisferio norte este día tenemos la mayor cantidad de horas luz de todo el año y la luz del sol nos hace mucho bien.
¿Por qué la luz del sol nos pone felices?
Por allá de 2016, investigadores de la Universidad Brigham Young, en Estados Unidos, publicaron los resultados de un estudio sobre la relación de la luz solar, el clima, la contaminación y la “angustia emocional”.
Para ello los investigadores analizaron 19 variables climáticas/contaminación diferentes en relación con un archivo de datos de salud mental que fueron auto reportados por estudiantes universitarios que participan en tratamientos de salud mental. Más de 16 mil personas.
Descubrieron que aumentaron los problemas de salud mental durante los periodos de horas de sol reducidas. Igualmente analizaron las ideaciones suicidas en los participantes y aunque las cifras no fueron estadísticamente significativas, demostraron un patrón similar.
“Los aumentos estacionales del tiempo de exposición al sol se asociaron con una disminución de los problemas de salud mental“, se lee.
Y no es la única investigación. En 2008 se publicó un artículo sobre los beneficios de la luz solar para la salud humana en una publicación periódica del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental de Estados Unidos.
Ahí se afirma que los humanos somos criaturas diurnas, que estamos programados para estar al aire libre mientras brilla el sol y escondidos durmiendo durante la noche.
Esta justo es la razón por la que la melatonina se produce durante las horas de oscuridad y se detiene con la exposición óptica a la luz del día.
Va un dato curioso: cuando las personas se exponen a la luz solar o a una luz artificial muy brillante por la mañana, su producción nocturna de melatonina se produce antes y concilia el sueño más fácilmente por la noche.
Y va la estrella de la ecuación: la serotonina, un neurotransmisor precursor de la melatoninca. La serotonina se produce normalmente durante el día y solo se convierte en melatonina en la oscuridad. La producción de este neurotransmisor se ve afectado por la exposición a la luz del día.
“Los niveles de serotonina moderadamente altos dan como resultado estados de ánimo más positivos y una perspectiva mental tranquila pero concentrada“, se lee. Menos luz solar, menos serotonina, mejor conocida como hormona de la felicidad.
Por ejemplo, la luz solar que recibimos al estar al aire libre en un día de verano puede ser mil veces más brillante de la que probablemente experimentaremos en el interior, por eso es importante, recomiendan los expertos, que las personas que trabajan en interiores salgan periódicamente.
Sin suficiente exposición al sol, los niveles de serotonina pueden disminuir y los niveles bajos de serotonina se asocian con un mayor riesgo de sufrir depresión mayor con patrón estacional, anteriormente conocido como trastorno afectivo estacional o SAD.
Ahora ojo, porque cuando el nivel de radiación es muy alto, los periodos en los que nos de el sol de manera directa deben ser más cortos y usando siempre protección como bloqueador.