El humanoide de Musk, de llegar a comercializarse, sin duda presentará un paso más en el camino a la automatización generalizada.

Hace un año, Elon Musk anunció al mundo que Tesla comenzaría a diseñar un robot humanoide, completamente automatizado, con miras a convertirse en el trabajador del futuro. En aquel momento se hizo la presentación con una joven disfrazada, simplemente usando un leotardo para simular que era una inteligencia artificial (IA) encarnada. Sin embargo, el viernes pasado, en un evento de reclutamiento de la empresa de autos eléctricos—conocido como AI Day—, el excéntrico multimillonario reveló los avances de ese proyecto que más de uno pensaba que no iría a ningún lado.

El humanoide de Musk, de llegar a comercializarse, sin duda presentará un paso más en el camino a la automatización generalizada.
Imagen de la presentación del “Tesla Bot” en 2021 durante el IA Day

Se trata de un humanoide llamado “Optimus”. Y que lejos de ser una chava en payasito, ya es un prototipo que muestra la capacidad de Tesla y de Musk para entercarse en llevar a buen puerto sus proyectos. No sólo eso. Es un robot que da señales de lo que el futuro de la inteligencia artificial y la automatización en el trabajo podría ser, incluso en pocos años.

Por el momento presenta más dudas que certezas, pero según los estimados de la propia empresa será en 2027 que ya se pueda comprar el humanoide y calculan que costará alrededor de 20,000 dólares (poco más de 400,000 pesos mexicanos), situándolo por debajo de los precios de un auto promedio. Y básicamente se trata de un robot bípedo, con inteligencia artificial; además, se está diseñando para que haga tareas sencillas y repetitivas. Desde cargar cajas en un almacén hasta ir por el mandado al tianguis más cercano. 

Todo comienza con un saludo

En el showcase de Tesla, Optimus hizo poco más que dar algunos pasos, saludar y bailar brevemente. Musk compartió algunos videos de tareas más rutinarias que puede realizar. Por ejemplo, entregar paquetes en una oficina. Pero no hubo mucho más espectáculo o sorpresa que eso. Incluso así, la posible llegada a los anaqueles del humanoide sintetiza algunos de los elementos más interesantes de la IA en años recientes, y propulsa implementaciones de robótica que fácilmente podrán ser replicadas en otros prototipos.

Actualmente, la automatización de procesos que se da a través de distintas inteligencias artificiales permite considerar un mundo lleno de asistencia robótica para los humanos. Ya sean casas inteligentes; drones que permitan el envío y distribución de paquetes; o incluso mecanismos de mejora en la siembra y cosecha. En buena medida, la IA se ha convertido en la tecnología habilitadora del siglo XXI; mayoritariamente, porque permite procesar cantidades absurdas de información. Más importante aún, con base en esos datos, los robots pueden aprender y corregir sobre la marcha. De tal modo, su aproximación a tareas sencillas tiende a ser mucho más precisa que la de los humanos.

Un humanoide como Optimus bien podría conjuntar todas esas posibilidades de la IA. Y si Musk es tan astuto como a veces parece, bien sabrá mercantilizar esa tecnología con miras a reconfigurar las lógicas y dinámicas laborales de las próximas décadas. Un inocente saludo en 2022 podrá ser mucho más en el futuro cercano. 

¿Todos nos vamos a quedar sin chamba?

Con todo y los avances que mostró Optimus en un año, la realidad es que los proyectos de Elon Musk siempre se deben tomar con pincitas. Hace casi una década, le invirtió una buena lana a una IA que prometía una red neuronal con capacidad de solucionar cubos de Rubik con un brazo robótico. Después se salió de esa empresa y nunca se llevó a algún tipo de desarrollo comercial. (Aunque muchas veces con esas tecnologías lo que sucede es que se terminan por emplear en otras inteligencias artificiales en el futuro.)

Pero Musk también prometió vehículos completamente automatizados de Tesla para 2017. Y, vaya, a la fecha parece que esa carrera la están ganando las IA chinas. Sin embargo, la tecnología detrás del humanoide precisamente puede permitir perfeccionar las capacidades de los pilotos automáticos de los autos; paralelamente, no se puede soslayar el hecho que los avances de la compañía enfocada en los eléctricos fácil y rápidamente puede ser empleada en robots individuales.

El humanoide de Musk, de llegar a comercializarse, sin duda presentará un paso más en el camino a la automatización generalizada—casi que en cualquier industria o sector—, pero todavía hay procesos y actividades en las que los humanos parecemos tener ciertas ventajas; particularmente, en cuestiones de reconocimiento de lenguaje. No obstante lo anterior, la combinación de tecnologías en este proyecto vislumbran lo que el futuro del trabajo parece ser: uno en el que cada vez seamos menos necesarios. Y aún no estamos listos para recibir ese contexto que ya se vislumbra en el horizonte.

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Soy Raúl, pero la gente me conoce como Ruso. Estudié letras inglesas en la UNAM y tengo una maestría en periodismo y asuntos públicos por el CIDE. Colaboro en Sopitas.com desde hace más de seis años....

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