Roy Allela, inventor proveniente de Kenia, acaba de crear un artefacto que podría ayudar a los más de 30 millones de seres humanos que usan lenguaje de señas. Sí, así de grande es la cifra de personas que tienen dificultades para comunicarse y se verían muy beneficiadas al usar un guante traductor.
Con 25 años de edad, este genio se dio cuenta de que no todo el mundo ha estudiado el lenguaje de señas y decidió fabricar una herramienta para solucionar este problema. La idea llegó a su mente cuando vio que su familia no entendía a su sobrina de 6 años, ya que había nacido sorda y dependía totalmente de sus manos para hablar.
Una vez teniendo su objetivo en mente, este inventor puso manos a la obra y comenzó a desarrollar el Sign-IO. Este guante inteligente posee sensores de flexión en cada dedo, que cuantifican la curvatura de estos y las procesan para formar cada letra para estructurar las palabras, así como los enunciados.
El mecanismo además está conectado a una aplicación a través de Bluetooth, que luego vocaliza las letras. Los usuarios de la app también pueden elegir su idioma, género e incluso el tono de la vocalización. Se sabe de buena mano que la precisión de los resultados es del 93%, así que bien podría ser usado por cualquier persona sin dificultad alguna.
“Mi sobrina se pone los guantes, luego los sincroniza con su teléfono o el mío, y así comienza a formar palabras y puedo entender lo que dice”, escribió Roy en su Blog. “Las personas hablan a diferentes velocidades y es lo mismo con quienes usan el lenguaje de señas, así que lo integramos en la aplicación móvil para que sea cómodo para cualquiera que la use”.
Hasta ahora, tanto los guantes como su aplicación han recibido la opinión positiva de quienes lo han probado, incluyendo una escuela de niños con necesidades especiales ubicada en un área rural al suroeste de Kenia. Además, el grandioso invento hizo que Alella recibiera un premio por parte de la Sociedad Americana de Ingenieros Mecánicos (ASME).
No sabemos que piensen ustedes, pero a nosotros nos encantaría ver los Sign-IO en las tiendas. De corazón deseamos que esta iniciativa crezca hasta convertirse en una herramienta de uso público.