Hace unas semanas, SquareEnix por fin dio la fecha del lanzamiento de Final Fantasy XV, después de una espera de 10 largos años… 10 LARGOS AÑOS. Pero bueno, lo hecho, hecho está, y al final del día lo único que importa es que el juego haya valido la espera.
A pesar de que sirve como un preludio, Platinum Demo, nos ha dejado maravillados, tanto en su apartado gráfico, como en su gameplay. Esto nos lleva a pensar que, Final Fantasy XV, no alcanzará las expectativas que se tienen de él, sino que más bien las superará.
Toda esta emoción, nos llevó a pensar: ¿Por qué Final Fantasy es tan grande?
Con 29 años de historia, esta serie ha marcado el género de los RPG, como pocos juegos lo han hecho. Teniendo sus humildes raíces como el posible último juego que la compañía (en ese entonces llamada) Squaresoft y Hironobu Sakaguchi realizaría, Final Fantasy se estrenó el 18 de diciembre de 1987.
Para el alivió de Sakaguchi y de Squaresoft, el juego sería un rotundo éxito en Japón, llegando 3 años después al resto del mundo. Este atraso hizo que las siguientes dos secuelas, fueran obviadas por el mercado internacional, retomando la serie con Final Fantasy IV, el cual se le denomino como II en el resto del mundo. El verdadero Final Fantasy II, se conocería de manera oficial en este lado del charco, hasta el año 2003 para el Play Station.
Aún así, el siguiente título, Final Fantasy IV, llegaría meses después de su estreno en Japón. Pero debido a la falta de los 2 títulos anteriores, aquí se le conocería como Final Fantasy II.
El juego nos contaría la historia de redención del Caballero Oscuro, Cecil, quién después de un largo viaje, encontraría su verdadero destino convirtiéndose en un Paladín. Este título, se convirtió en el favorito de muchos, obteniendo un gran número de remasterizaciones con el tiempo.
Pero sería en el año de 1994, cuando la serie alcanzaría un estatus legendario, con el lanzamiento de Final Fantasy VI, conocido aquí como III.
Además de retomar ciertos aspectos del gameplay de los juegos anteriores, Final Fantasy VI, introduciría el concepto de los espers y de las invocaciones que afectan el crecimiento mágico de los personajes.
Teniendo varios de los momentos más memorables a lo que historia se refiere, Final Fantasy VI, lograría colocar a su villano como uno de los personajes más reconocidos del mundo de los videojuegos: Kefka Palazzo.
A pesar de su increíble historia y personajes, Final Fantasy VI, se tuvo que hacer a un lado con la llegada de Chrono Trigger, juego que hasta el día de hoy, se considera como el mejor RPG de la historia.
Pasarían tres años para que volviéramos a tener otro gran Final Fantasy. Y fue así como en enero de 1997, Final Fantasy VII, impactaría al mercado japonés y en septiembre de ese mismo año, el mundo quedaría maravillado ante la historia de Cloud Strife y Aeris Gainsborough, en su batalla por salvar al mundo de una demoniaca fuerza alienígena.
Este también sería el título que daría el paso al mundo del 3-D. Utilizando modelos creados con polígonos y fondos pre-rendereados, Final Fantasy VII marcaría el camino a seguir de la serie.
Sin importar lo que podamos creer de este juego (que si está sobrevalorado, que Final Fantasy VI es mejor), no se puede negar que Final Fantasy VII marcó, no solo a una, sino a varias generaciones, con su historia y personajes.
Final Fantasy VII, sería el precursor del diseño tipo anime, abandonando la temática medieval de los títulos anteriores y trasladándose a una sociedad futurista. Dejando de un lado la típica batalla por liberar al mundo de un tirano, enfocándose en el daño que los humanos han causado sobre el planeta, al abusar de los recursos naturales y de la interconexión de toda la vida.
Esto se vería mayormente representado ante la aparición de las Weapon, seres creados por el planeta para su protección.
Y a diferencia de otras ocasiones, los villanos de este título, no eran monstruos intransigentes, teniendo un poco más de desarrollo y trasfondo. Además de traernos a quien se considera como el villano por excelencia de Final Fantasy: Sephiroth.
A diferencia de Kefka, Sephirot se puede considerar como la representación física de la frase: O mueres como un héroe, o vives lo suficiente para convertirte en un villano. Además de uno de los protagonistas de una de las escenas más icónicas, no solo de la serie, sino de los videojuegos como tal:
Y podríamos seguir hablando de este título, pero eso nos llevaría mucho tiempo y tal vez, hasta un artículo entero dedicado a Final Fantasy VII. Así que lo mejor será que prosigamos.
A partir de aquí, dos cosas se convertirían en un elemento clave de la serie: El diseño de personajes al mero estilo del anime y que el protagonista, tenga un montón de pedos existenciales, rayando en convertirse en un emo.
Dos años después, Squaresoft sacaría su octava entrega (en la serie principal). Esta vez, concentrándose en un trío amoroso y de manera muy peculiar, en la aceptación de la muerte.
Final Fantasy VIII, se ha llegado a considerar como la oveja negra de la familia (si, si, sabemos de la existencia del 13, pero ese es un tema muuuuy aparte), siendo el que más ha dividido a los fans.
Después de estos dos títulos “futuristas”, los fans clamaban por una experiencia más tradicional y fue así que en el año 2000, Final Fantasy IX aparecería, abrazando lo mejor de los títulos del Nes y Snes.
Desafortunadamente, este título llegaría algo tarde, apareciendo en los últimos años de vida del PSX, el cual poco a poco, quedó relegado ante el nuevo y brillante, Play Station 2.
Final Fantasy X, aparecería un año después para el lanzamiento del PS2. Inmediatamente, recibió el aclamo de la crítica y de los fans, maravillándonos a todos con sus revolucionarios gráficos y escenas CGI.
La historia no sería nada fuera de lo común, de hecho, una gran parte se sentiría un poco como el VIII. Lamentablemente, los personajes no son del todo, buenos.
Y si tenían problemas con Squall, Tidus… bueno, pudo ser peo… no la verdad no, sin exagerar, Tidus es uno de los peores protagonistas de la serie:
… cállate, cállate ¡¡¡CÁLLATE!!!
Pero lo que convirtió a Final Fantasy X en el clásico que es, fue su gameplay. Siguiendo el combate por turnos, el juego tendría una manera inteligente de manejar esta antigua mecánica, dejándonos ver el orden en el cual tanto tú como tus enemigos atacarían.
Además de mejorar el sistema de Limits, introducido en FFVII, teniendo que activar comandos, lo que le dio una gran fluidez y evitando una sensación de repetibilidad.
Y bueno, viendo que FFX, es considerado como el último gran clásico de esta serie, nos detendremos aquí. Ya que tanto FFXI y FFXIV, tomaron el camino de los MMORPG, y ni hablemos de la decepción que fue FFXII y peor aún, la trilogía de Lightning.
En fin, por lo visto, Final Fantasy XV, se encuentra en el camino de convertirse en el nuevo clásico de esta serie, regresando a lo que hizo tan grande a esta franquicia: La entrega de una experiencia.
Enfocándose en el amor, la amistad, la preservación del ambiente, de los sueños, de la muerte, de la identidad y de lo que nos hace seres humanos; Final Fantasy tal vez nunca cumpla su promesa de convertirse en “La Fantasía Final”. Gracias.