Las lentejas de agua quieren levantar la mano para salvar a la humanidad con el uso masivo de su aceite para hacerlo biocombustible.
Lo más probable es que hasta este momento la mayoría de nosotros nunca ha escuchado hablar de las lentejas de agua. En inglés se les conoce como duckweed; se trata de una planta que flota en cuerpos de agua quietos o de muy lento movimiento; incluso, pueden aparecer en humedales. ¿Su gracia? Carecen de tallo y hojas “obvias”; es decir, que se salgan demasiado de lo que parece ser un frijolito verde. De igual modo, las lentejas de agua tienen la capacidad de sobrevivir sin mayor atención y se reproducen a la menor provocación.
Encima de todo, el perfil nutricional de las lentejas de agua lo vuelve un alimento ideal, tanto para animales a gran escala como para pensarlo como sustituto de proteína animal para quien sigue una dieta basada en plantas. Y como recientemente se ha descubierto, de esta planta se pueden extraer cantidades enormes de aceite; de hecho, siete veces más aceite por acre que la soya, el biodiésel más común hoy en día.
En ese mismo sentido, las lentejas de agua tienen el potencial de revolucionar el panorama energético mundial como una fuente sostenible de biocombustible. En términos simples, los biocombustibles son combustibles alternativos. Son elaborados a partir de materiales biológicos, incluyendo plantas, algas y materiales residuales. Actualmente, se entienden como una solución crucial para mitigar el impacto del cambio climático a nivel mundial; con su uso, se busca reducir la dependencia de los combustibles fósiles para promover, simultáneamente, la seguridad y la transición energéticas.
En busca de la transición energética perdida
El cambio climático es uno de los desafíos más apremiantes a nivel mundial en la actualidad, con un aumento de las temperaturas y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que están provocando impactos devastadores en nuestro planeta. En ese contexto, el sector transporte es un contribuyente significativo a estas emisiones, representando más de 24% de las emisiones totales de CO2 relacionadas a nivel mundial. Para combatir esto, el mundo debe transitar a fuentes de energía más limpias y sostenibles; en ese recambio, los biocombustibles pueden desempeñar un papel clave.
El aceite de lenteja de agua, que se produce a partir de pequeñas plantas acuáticas flotantes, es una fuente ideal de biocombustible. Esta planta crece rápidamente y requiere muy poco terreno, agua o fertilizante para prosperar. Por ello, se vuelve una alternativa más sostenible y respetuosa con el medio ambiente a otras fuentes tradicionales de biocombustible, como el maíz y la soya, que pueden agotar el terreno, el agua y otros recursos de una región. Además, está el tema de que la lenteja de agua tiene un alto contenido de aceite, lo que acelera el proceso de producción de un biocombustible.
Al parecer, la conversión del aceite de lentejas de agua en biocombustible es sencilla. Se puede extraer de las plantas utilizando un prensado mecánico o a través de procesos químicos. El biocombustible resultante se puede utilizar como un reemplazo directo de la gasolina o el diésel, o se puede mezclar con estos combustibles para reducir su intensidad de emisiones de GEI. Esto puede no sólo aminorar las emisiones del sector transporte, sino la dependencia a recursos limitados de combustibles fósiles.
Más allá de la transición energética
Los biocombustibles tienen el potencial de brindar muchos beneficios a la sociedad más allá de solo reducir las emisiones. Por ejemplo, pueden crear nuevas oportunidades económicas en áreas rurales, donde se cultiva la materia prima para biocombustibles. Esto puede ayudar a impulsar las economías locales y crear nuevos trabajos. Además, al reducir una dependencia nacional de los energéticos importados, los biocombustibles pueden ayudar a mejorar la seguridad energética y reducir el riesgo de interrupciones de suministro y picos de precios.
Sin embargo, el desarrollo de biocombustibles no está exento de desafíos. Uno de los mayores obstáculos es el costo de producción, que debe ser reducido para que los biocombustibles se conviertan en una alternativa viable a los fósiles. El trabajo científico, como el que se lleva a cabo actualmente con las lentejas de agua, puede llevar a la innovación tecnológica; por un lado, con nuevos y más eficientes métodos de extracción; por otro, con el procesamiento de los insumos de biocombustibles.
Las lentejas de agua quieren levantar la mano para salvar a la humanidad. Esto puede comenzar con el uso masivo de su aceite para convertirlo en biocombustible. Se trata de una opción con tiene el potencial de cambiar la lucha contra el cambio climático desde el uso de combustibles de bajo impacto y fácil renovación. Los biocombustibles son una parte crucial de la solución, y las lentejas de agua ofrecen una alternativa más sostenible y amigable con el medio ambiente a las fuentes tradicionales de biocombustibles. Con la inversión y el acompañamiento adecuado, estamos frente a una planta que fácilmente se puede volver fundamental para el futuro de la humanidad.