Por: Alberto Milo
¿Les gustaría vivir tanto tiempo? ¿Así de llegar a los 105 años de edad? Ya sea que la respuesta sea “sí” o “no”, la mayoría podemos reconocer que cuando sabemos de alguien taaan longevo nuestra sorpresa y admiración salen a escena. Es así debido a lo inusual de estos casos, pero también porque asociamos con ellos los mejores hábitos. Y, aunque mucho sí depende de nosotros, al parecer hay más…
Recientemente, en eLife, una organización sin fines de lucro creada por donantes y dirigida por investigadores, se publicó una investigación realizada por miembros de diferentes universidades europeas. Dicho trabajo tuvo lugar en Italia y entre sus objetivos estuvo conocer qué otros factores intervienen en alcanzar edades tan avanzadas.
Para hacer el estudio los investigadores tomaron muestras de sangre a 81 personas de 105 años en adelante y a 36 personas saludables y alrededor de los 68 años. Todos seleccionados de las mismas regiones de Italia.
Básicamente los investigadores encontraron que las personas que han pasado de los 105 años tienen similitudes genéticas que les permiten reducir el riesgo a desarrollar enfermedades vinculadas con el envejecimiento.
Una de ellas es la relacionada a la mayor actividad del gen STK17A, el cual, de acuerdo con los autores del estudio, “coordina la respuesta de las células al daño del ADN, induce a las células dañadas a su muerte y gestiona la cantidad de especies reactivas de oxígeno peligrosas en la célula”. En resumidas cuentas, una mayor actividad en este gen se traduce en evitar enfermedades como el cáncer.
Por otra parte está lo que tiene que ver con el gen BLVRA. En el grupo de más edad se vio una mayor presencia de este gen y, por lo que se sabe, éste es especialmente clave cuando de la salud celular se trata.
Además, destaquemos el hecho de que, entre los genes que fueron considerados para la investigación, se hallaron menos mutaciones en las personas de 105 años o mayores. Esto se ha hecho ver como un factor positivo para la reparación del ADN, cosa que –como ya adivinarán– favorece a la salud frente al deterioro de los años.
Desde luego esta investigación tomó los referentes que en anteriores trabajos se habían establecido. Sin embargo, en esta ocasión el enfoque tuvo principal atención en conocer cómo los organismos longevos habían logrado lidiar con los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares, las que, por cierto, son reconocidas en el estudio como la principal causa de mortalidad en humanos. Y sí, la reparación del ADN es esencial en esto.