Elon Musk acaba de matar dos pájaros de un tiro: demostró que era un hombre de palabra y además, ayudó a Australia Meridional a solucionar sus problemas con la electricidad. Ambas cosas se lograron al construir la batería de iones de litio más grande del mundo y, en cuanto a la parte de cumplir con sus promesas, resulta que se tomó menos de 100 días en terminar el trabajo.
Desde el pasado marzo, el empresario había tenido un par de charlas con Mike Cannon-Brookes, el CEO de Atlassian, acerca las broncas con la energía eléctrica que se vivían en aquel estado. El resultado fue evidente; tanto Musk, como el vicepresidente de Tesla, Lyndon Rive, pactaron que su compañía ayudaría a proporcionar entre 100 y 300 megavatios por hora en almacenaje de su batería.
Tesla will get the system installed and working 100 days from contract signature or it is free. That serious enough for you?
— Elon Musk (@elonmusk) 10 de marzo de 2017
“Tesla tendrá el sistema instalado y funcionando en 100 días a partir de que se firme el contrato”, dijo Musk en su cuenta de Twitter.
Y como lo prometido es deuda, los muchachos ya tienen listo el cachivache, así que las pruebas de su funcionamiento comenzarán muy pronto. Según lo que dice el comunicado de prensa del gobierno local, los Tesla Powerpacks se instalaron en la Granja Eólica de Hornsdale, al norte de Adelaide, donde se llevarán a cabo los procesos para asegurar que se sigan todos requerimientos y así, comience a operar el 1 de diciembre.
Australia Meridional sufrió un apagón general en septiembre, por lo que se generó un debate nacional para tratar asuntos de seguridad energética. Como todos estaban muy confundidos y asustados, el gobierno de Australia culpó a la falta de energía renovable para cubrir el uso.
Musk, que sabía perfectamente que necesitaba hallar una solución en vez de depositar la responsabilidad en alguien más, tuvo la fantástica idea de construir muchas baterías que se alimentarían de fuentes renovables como la energía eólica y la solar. De este modo, podría almacenarse una reserva y canalizarse en la red cuando fuera necesaria.
Podríamos decir que, al final de esta historia, todos ganaron: Australia Meridional tendrá sus reservas de energía en tiempo récord y nuestro amigo Elon Musk se irá a casita con 50 millones de dólares, además de la satisfacción de saber que se los ganó por una buena causa. ¡Nada mejor que un desenlace que deja a todos contentos!