Después de casi 30 años de planificación y un trabajo exhaustivo, la NASA en colaboración con la ESA (Agencia Espacial Europea) y la Agencia Espacial Canadiense, lograron lanzar con éxito el telescopio espacial ‘James Webb’ (JWST) el observatorio más grande y complejo que se haya construido jamás, con el objetivo de explorar el Sistema Solar, otras galaxias, así como planetas que orbitan otras estrellas.

Las miradas de la comunidad científica se unieron el 25 de diciembre del 2021, justo a las 7:20 de la mañana, cuando el cohete ‘Ariane 5’ fue el protagonista para transportar el telescopio al espacio exterior. Como era de esperarse, el júbilo no se hizo esperar en el puerto espacial de la Guayana Francesa,  en Sudamérica, cuando el observatorio estaba en el aire.

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Lo mejor, es que la NASA no tuvo que esperar mucho para recibir las primeras señales. Los equipos terrestres comenzaron a recibir datos de telemetría tan solo cinco minutos después del lanzamiento, justo cuando el observatorio era lanzado a una altitud de aproximadamente mil 400 kilómetros. 

Después de media hora, el telescopio espacial ‘James Webb’, hizo su magia.  Desplegó su matriz solar y los paneles solares, mientras que los ingenieros a cargo, confirmaron que la matriz estaba proporcionando energía al observatorio. Sin embargo, la misión tiene un desafío más importante: lograr que el (JWST) tenga la propulsión necesaria para viajar a lo largo de todo un mes hasta su destino final a un millón de millas de la Tierra.

Misión en riesgo

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Sin lugar a dudas, el despegue del observatorio bien se podría considerar uno de los grandes esfuerzos científicos del siglo XXI, que a pesar de que el proyecto se vio agobiado por al menos 14 años de retrasos, desafíos tecnológicos y con una factura que supera poco más que los 100 millones de dólares.

 El telescopio cuenta con 344 elementos de “falla de un solo punto”, que si falla una sola pieza, podría arruinar toda la misión. Asimismo, el telescopio espacial tendrá que desplegar el telescopio que tiene el tamaño de una cancha de tenis en el espacio, donde si algo sale mal, todo se perderá. Lo que significa que la misión más cara en la historia de la NASA podría estar en riesgo hasta el último minuto.

Lo que se espera del telescopio espacial

Twitter: @NasaWebb

Sin embargo, los científicos están demasiado emocionados, pero todo eso podría ir bien, lo que resulta en que JWST nos diera nuevas respuestas acerca de cada fase de la historia cósmica, con la ambiciosa misión de responder dos preguntas nos ayudara a responder las dos preguntas existenciales desde el inicio de los tiempos de la humanidad: ¿Cómo surgió el Universo y estamos solos en él? 

De acuerdo con la BBC, el telescopio Webb entregará sus primeras imágenes con cuatro instrumentos científicos de última generación con detectores infrarrojos de alta sensibilidad de resolución sin precedentes.  Estudiará la luz infrarroja de los objetos celestes con mucha mayor claridad que nunca. La principal misión es la sucesora científica de los icónicos telescopios espaciales Hubble y Spitzer de la NASA, construidos para complementar y promover los descubrimientos científicos de estas y otras misiones. En su lugar, revelará descubrimientos nuevos e inesperados y ayudará a la humanidad a comprender los orígenes del universo y nuestro lugar en él.

Además, planetas como Neptuno, Urano y Júpiter estarán bajo la lupa del observatorio. Aunque  la lista de objetivos preparada para los primeros meses de operación se centra más en objetos extragalácticos muy lejanos, o en alguno de los miles de exoplanetas recientemente descubiertos. Por ejemplo, los mundos rocosos del sistema TRAPPIST-1, de tamaño similar a la Tierra, que se encuentra a solo 40 años luz de nosotros. Más que un buen pretexto para volver a ver la fotografía más cercana a la Gran Mancha Roja de Júpiter.

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