¿Nacer, crecer, reproducirse y morir, No cuando se cuenta con el amor y la guía de una abuela. Un estudio realizado por el Centro de Investigación del Comportamiento Animal de la Universidad de Exeter, en el Reino Unido, ha revelado que el rol de las abuelas orcas es fundamental para aumentar las posibilidades de supervivencia de las ‘ballenas asesinas’, demostrando que a mayor tiempo de acompañamiento entre abuela y ballenato, mayor será el conocimiento empírico que se transmita de generación a generación.
Como quizá hayas tenido la oportunidad de comprobar en algún avistamiento, las abuelas siempre viajan al lado de la manada. La ciencia había descubierto que esto aportaba beneficios a las hembras, pero no sabía en qué medida.
Sin embargo, la investigación liderada por el biólogo inglés Stuart Natrass, revela que el ‘efecto de la abuela’ en las ballenas asesinas, incide radicalmente en la supervivencia de sus descendientes, además de que permite que las hembras puedan desarrollar una vida útil postreproductiva, más larga que cualquier otro animal no humano.
El estudio, publicado la primera semana de diciembre de 2019 en la revista Proceedings of the Nation Academy of Sciences y retomada por The New York Times, aclara la eterna incógnita acerca de cuál es la razón por las que algunas especies de ballenas viven más años que otras. Resulta que por una parte, las abuelas orca transmiten ciertas habilidades a sus descendientes hembras, lo que permite que alarguen su tiempo de vida después de la menopausia.
Mientras que al dejar de procrear, las ballenas asesinas abuelas al igual que las humanas, evitan a toda costa tener conflictos con sus hijas en edad reproductiva y prefieren enfocar su atención en los ballenatos, enseñándolos a encontrar el alimento suficiente, sobre todo cuando el abasto de salmón disminuye.
“Tener una abuela con vida mejora tu supervivencia; es menos probable que mueras cuando ella está viva, que en los años posteriores a su muerte”, escribió para el diario neoyorquino el autor principal del estudio, añadiendo que “Desde hace tiempo sabemos que esto [el efecto abuela] es cierto en el caso de los humanos y de unos cuantos animales más que no pasan por la menopausia, como los elefantes africanos, por ejemplo, ya teníamos la sospecha de que también sucedía con estas orcas”, explicó.
Si bien el efecto abuela es trascendental para la preservación de las ballenas asesinas como especie, también influyen otras variables como los efectos dependientes del tiempo, llegando a la conclusión de que las hembras adultas tienen más probabilidades de morir en los dos años posteriores a la muerte de su madre, en tanto que las orcas machos adultos, tienen las mismas probabilidades de morir, cuando sus madres están vivas.
La población de ballenas asesinas en todo el mundo apenas si alcanza los 50 mil ejemplares en todo el mundo. De acuerdo con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, muchas poblaciones han menguado en las últimas décadas y algunas otras están en peligro, de ahí la necesidad de seguir estudiando los comportamientos de la especie, para ayudar a preservarla.
Por cierto, las ballenas asesinas en su hábitat no son tan temibles como lo deja ver su sobrenombre, aunque siempre es mejor apreciarlas de lejitos.