Cuando uno empieza en esto de las reseñas de videojuegos, los nervios y en cierta manera, el miedo, hacen que uno tenga dudas sobre lo que está escribiendo; pero con el tiempo, todo esto se pasa, ya que agarras la onda de que como cualquiera, te encuentras ante un juego totalmente nuevo y sin ningún fandom de por medio.
Sin embargo, esto no es lo mismo cuando hablamos de Expansiones… en especial cuando nunca has jugado el juego principal…
Destiny, es uno de los videojuegos más extraños que han salido para esta generación de consolas. No solo es el primer título multiplataformas de Bungie, además, este juego fue creado con la intención de que este estuviera vigente por al menos 10 años.
Para esto, prometieron ir sacando expansiones para alargar la vida de este título, que aparte de todo, es uno de los juegos más caros de la historia con un presupuesto de 500 millones de dólares.
Durante su primer año de vida, Destiny recibió dos grandes expansiones: The Dark Below y House of Wolves:
El año siguiente, se lucieron con The Taken King, pero durante más de un año, nada salió. Hasta el mes pasado con Rise of Iron, razón que nos reúne el día de hoy:
Como lo exprese en un inicio, yo no había jugado Destiny, salvo una vez en casa de un amigo. Después de jugarlo como una hora, lo olvide por completo hasta hace unos días cuando se me encomendó hacer una reseña para Rise of Iron.
Pero debido a que no conozco los pormenores de las versiones anteriores de este juego, no podría hacer una comparación. Así que, mejor les contaré mi experiencia con este juego:
Durante el primer día de juego, complete algunas de las misiones de la campaña principal, para irme acostumbrando a los controles, a los sistemas de mejoras, etc.
Pero después de descubrir que necesitaba llegar al nivel 40 para acceder a Rise of Iron, hice trampa y consumí un objeto que me llevó de golpe al nivel necesario.
Y fue así que comenzó mi aventura.
Claro, después de tener que lidiar con este ¡¡¡condenado mensaje varias veces!!!
Sin embargo, fue aquí que me di cuenta de mi error, ya que mientras que mi nivel y ciertos objetos poderosos fueron apareciendo, mis habilidades eran las mismas de cuando estaba en el nivel 4, lo cual complicó bastante mi atropellado viaje hacia el Templo de Hierro y más allá:
A pesar de mí poca experiencia en este juego, ninguna de las misiones que jugué, llegó a ser imposible, muriendo cuando mucho entre 2 o 3 veces… sí, lo se, soy un noob.
He de admitir que no soy muy bueno para este tipo de juegos, pero Destiny hizo que me entraran ganas de darle una oportunidad a este género y en especial al juego en su totalidad, ya que aún me falta completar la campaña principal y las otras tres expansiones.
Hablar del gameplay de este título estaría de más, ya que desde hace dos años hay reseñas de Destiny, y algo en las que todas están de acuerdo es en que el juego tiene un control solido.
Gráficamente, Rise of Iron mantiene el mismo nivel de calidad del juego original, cuidando el detalle con cada escenario y enemigo. Eso, y que nunca tuve problemas de framerate incluso en las secciones donde la pantalla se llena de enemigos que saltan, esquivan y disparan.
En fin, si ustedes son habidos jugadores de los First Person Shooters y nunca le habían entrado a Destiny porque después de un tiempo se hacía repetitivo, les recomiendo que obtengan la versión Legendary Edition, la cual viene con las primeras dos expansiones y The Taken King:
Los que saben de este juego, llaman a Rise of Iron como la expansión más corta de todas, pero aún así, descubrir todos sus secretos y contenido, les tomará tiempo, sobre todo a los que les gusta sacar todo. Además, que esta salió más barata que The Taken King.
En fin, está expansión, aunque modesta, vale mucho la pena, ya que todos sus detalles fueron muy bien cuidados y se han enfocado en atraer la atención de aquellos que durante estos dos últimos años, le apostaron a este juego.