Lo que necesitas saber:
La mayoría tuvimos como pasatiempo estar horas y horas tratando de terminar los juegos de computadora y de los primeros teléfonos celulares para romper un récord
Es hora de subirnos a una máquina del tiempo y recordar esos juegos clásicos de computadora y celular con los que crecimos. Hablamos de aquellos videojuegos fáciles que son memorables –nos han ayudado a aburrimos menos en las salas de espera o en las filas–, pero también infinitos, tanto como el número π. Nadie que conozcamos los ha terminado.
De chicos los iniciábamos, con todas las vidas y todo el tiempo del mundo, listos para hacer un nuevo récord.
Nos adentrábamos en su arte, cruzábamos mundos que cada vez se complicaban más y de pronto algo sucedía. Nuestra mamá nos decía que era hora de estudiar o perdíamos por nuestra falta de destreza en las manos o simplemente nos aburríamos y los dejábamos para luego y el día luego no llegó.
Y, a pesar de que vivimos en la era de los videojuegos asombrosos, con animaciones que casi atraviesan la pantalla, estos jueguitos clásicos (adictivos y frustrantes) son imposibles de olvidar. Después de todo, eran fáciles, entrañables y sobre todo nunca los ganábamos realmente.
Hablamos del Tetris, del Pac-man, del Digger, la Viborita y por supuesto el T-Rex, un juego tan largo que de acuerdo a los expertos se requerirían al menos 17 millones de años para finalizarlo como es debido.
Con esto en mente, un Tik Toker llamado @jere_game hizo una búsqueda enorme y logró darle una respuesta a esta duda que no sabíamos que teníamos, pero que siempre había vivido en nuestro interior, ¿cómo terminan todos los juegos que empezamos de niños?
Pac-man
Un pequeño círculo con ojos amarillos llamado Pac-man trata de devorar todos los puntos que hay en un tablero.
Desaforadamente, un grupo de seres disfrazados de fantasmas con sábanas, tratarán de impedírselo y pretenden aniquilarlo desalmadamente para evitar que pase a otro laberinto, que a su vez tendrá puntos comestibles y más monstruos de colores.
Desde 1980, este juego cautivó la mente de niños y grandes alrededor del planeta, al punto que es uno de los más vendidos de todos los tiempos.
Muchas y muchos pasaron largas horas entre los laberintos, los puntos y frutas, pero pocos, muy pocos, llegaron al final.
Los contados humanos que lo lograron se quedaron en el mundo 266; en ese nivel el juego presenta errores de programación y en vez de líneas salen símbolos raros y letras. Esto sucedió porque los diseñadores no creyeron que alguien iba a llegar tan lejos y su invento simplemente terminó ahí.
Viborita
¿Recuerdan los tabiques de Nokia que usaban los jóvenes de inicios del siglo XXI para comunicarse? Si la respuesta es sí, seguro no han olvidado ese juego que traían todos los celulares que consistía en una serpiente come-manzanas que cada vez que ingería alimentos, crecía y crecía, tanto que había que evitar que colisionara consigo misma.
Pues bien, este juego termina de la peor manera, porque la víbora crece tanto que el final su cuerpo acapara toda la pantalla y el animal termina chocando consigo mismo. Entonces, nadie absolutamente nadie lo puede ganar, porque cuando esto sucede, súbitamente el juego comienza de nuevo en el nivel uno.
Tetris
Bienvenidos al juego más clásico y más adictivo de todos los tiempos. Su dinámica es por demás simple, hay que mover una serie de bloques cuadrados de tal forma que encajen en una línea perfecta.
Según se les acomode, súbitamente estos tabiques van dejando espacios entre ellos y caen cada vez más rápido hasta que el tablero se llena, y ya no hay nada que hacer.
Desde hace décadas se hacen concursos y hay expertos que pueden pasar horas en el acomodo de cajas, lo que no se dice es que este juego no tiene final. Llega un punto en el que todo se vuelve tan rápido que el sistema se traba y los jugadores ya no pueden ver el destino de los famosos bloques. Vamos, ni la IA ha logrado pasar la línea un millón.
T-Rex
Hablamos de ese juego que aparece cuando nos quedamos sin internet y queríamos entrar a Google. Más que preocuparnos por la falta de red, algunos de nosotros nos poníamos a hacer saltar al pequeño dinosaurio entre los cactus de un desierto pixelado. Era un placer verlo deslizarse por el aire para evitar las espinas y también ayudarlo a agacharse para que las aves de paso no se lo comieran.
Y aunque T-Rex consiguió tantos fanáticos que incluso se abrió una página para pasar los niveles en línea, lo que nadie sabía era que sus desarrolladores lo diseñaron para que nunca terminara, es tan infinito que necesitamos estar frente a la computadora milenios enteros para ver el final. Triste, pero cierto.
Digger
He aquí un juego particular, parecido a todos, pero de alguna manera diferente. Se trata de una marca creada en 1984 por unos canadienses que nos presenta un grupo ilimitado de laberintos que emulan una mina. Nuestro avatar es una excavadora que se alimenta de oro, esmeraldas y diamantes.
Este carrito se enfrenta en el camino con unas creaturas deformes con dos patas que se vuelven más inteligentes según avanza en el juego. Si uno lo ha jugado, sabrá que es muy fácil perder y casi imposible completar los 2,210 niveles que tiene.
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Dicho todo lo anterior, queremos hacerles una propuesta, no intenten llagar al final de sus juegos de celular. Solo diviértanse y recuerden sus mejores momentos en sus celulares viejos cuando solo habían llamadas y víboras masoquistas.