Luego de las exitosas misiones del rovers ‘Curiosity’ e ‘Insighgt’ en Marte y 50 años después del primer alunizaje, la NASA se prepara para una misión sin precedentes. Como parte del programa ‘Artemisa’, planean enviar a VIPER, un robot único en su tipo al polo sur de la Luna, para que a través de excavaciones profundas determine la ubicación y concentración de agua congelada, al tiempo que facilita las tareas al hacer los primeros planos hídricos en el satélite. Sin duda esta misión, es mucho más que un pequeño paso para la humanidad.
En realidad, el rover es un vehículo de exploración polar para investigación de volátiles, pero fue bautizado como VIPER por sus siglas en inglés. Aunque tiene las dimensiones aproximadas de un carrito de golf, toda su potencia está en el interior. Además de las llantas todo terreno, contiene cuatro instrumentos científicos de precisión, así como un taladro de un metro de largo, llamado Trindent en la parte inferior, con el que podrá muestrear varios tipos de suelo lunar, recorriendo varios kilómetros al día. La idea es que almacene las suficientes muestras de agua que serán analizadas en 2024, cuando un hombre y una mujer vuelvan a visitar el satélite natural.
Aunque está prácticamente listo, los científicos de la NASA, están afinando detalles para que alunice en diciembre del 2022 y se mantenga en actividad continua los próximos 100 días, en los cuales estará haciendo mediciones para poder crear los primeros mapas globales de recursos hídricos de la luna y estudiar las posibilidades de que algún día el hombre pueda colonizar la luna. ¡Alucinante!
“La clave para vivir en la Luna es el agua, igual que aquí en la Tierra, desde la confirmación de la presencia de agua helada en la Luna hace diez años, la pregunta ahora es si la Luna realmente podría contener la cantidad de recursos que necesitamos para vivir fuera de nuestro planeta. Este vehículo móvil nos ayudará a responder a las muchas preguntas que tenemos sobre dónde está el agua y cuánta hay que podamos usar”, explica Daniel Andrews, gerente de proyecto de la misión VIPER y director de ingeniería en el Centro de Investigación Ames de la NASA en un comunicado.
Y es que, en 2009 la NASA estrelló deliberadamente un cohete contra un cráter cerca del polo sur, detectando la presencia de agua helada, confirmando así las teorías de investigaciones alternas sobre las reservas del líquido vital. Se ha demostrado que gracias a la inclinación de la Luna, las regiones que permanecen en la sombra acumulan agua congelada, procedente de impactos de cometas y meteoritos, así como de la interacción del Sol con el suelo lunar, puede acumularse sin ser derretida por la luz solar, la pregunta aquí, es cuánta agua puede haber acumulada.
“Es increíblemente emocionante tener un rover yendo al entorno único del polo sur para descubrir exactamente dónde podemos recolectar esa agua”, dijo Anthony Colaprete, científico del proyecto VIPER, añadiendo que “VIPER nos dirá qué lugares tienen las concentraciones más altas y a qué profundidad bajo la superficie debemos ir para acceder al agua”, se lee en el comunicado.
Con la llegada de la primera mujer y el regreso del hombre a la Luna en 2024 a bordo de la nave espacial Artemisa 3, los astronautas recogerán las muestras y las traerán a la Tierra para su análisis profundo. Siendo así como el programa Artemisa, inicia una nueva era en la que robots y humanos, expandirán los límites de lo que es posible en la expedición espacial y la NASA volverá a estar a la vanguardia, superando incluso los proyectos de Space X.