Hemos tapizado cada rincón del planeta con nanoplásticos. Incluso, varios estudios coinciden en que este material se ha convertido en la principal fuente de alimento de animales terrestres y marinos, pero ahora, el problema es mucho más grave. Un grupo de científicos italianos descubrieron la primera evidencia de la presencia de microplásticos, partículas artificiales derivados de los plásticos y barnices, en la placenta humana.
Lo peor, es que de acuerdo con el estudio, realizado por el Hospital Fatebenefratelli de Roma y el Politécnico de la región de las Marcas, los fragmentos plásticos se encontraron esparcidos en la bolsa amniótica tanto del lado de la madre, como del bebé, presentando una incidencia en cuatro de seis mujeres embarazadas.
El estudio, aprobado por el Comité de Ética Europeo, analizó las placentas de seis mujeres sanas, de entre 18 y 40 años, con embarazos normales, quienes se prestaron como voluntarias para el estudio. Los investigadores, utilizaron técnica denominada espectroscopía Roman, para analizar la composición química y estructura molecular de la sangre en la placenta, sin poner en riesgo a los bebés.
Como resultado, se encontraron 12 fragmentos de microplásticos de entre 5 y 10 micrones, algo así como el tamaño de una pila. Cinco, se encontraban en el lado fetal, cuatro en el lado materno y tres en las membranas corioamnióticas.
¡¿Cómo llegaron allí?!
Un estudio realizado por Greenpeace en 2019, descubrió que el 20% de 755 peces muestreados, tenía microplásticos alojados en su estómago y bien dicen por ahí, que somos lo que comemos, pero también lo que bebemos. La investigación italiana descubrió que tres de los 12 fragmentos, fueron identificados como polipropileno, material utilizado para fabricar las botellas de plástico para agua o refrescos.
Pero, lo más impactante, es que las nueve fragments restantes alojados en las placentas, provenían de materiales sintéticos de pintura que, de acuerdo con los expertos podrían pertenecer a cremas faciales, maquillaje o esmalte de uñas. Aunque los científicos aclararon que también es posible que su origen sea de adhesivos, aromatizantes ambientales, perfumes, dentífricos o yesos.
Nuevas investigaciones
Al respecto, Antonio Ragusa, director de la unidad de Ginecología y obstetricia del Fatebenefratelli y autor principal del estudio publicado en el portal de la agencia de noticias ‘ANSA’, señala que: “Con la presencia de plástico en el cuerpo, el sistema inmunológico se perturba y reconoce como ‘yo’ (en sí mismo) lo que no es orgánico. Es como tener un bebé cyborg: ya no está compuesto sólo de células humanas, sino de una mezcla de entidades biológicas e inorgánicas. Las madres estaban conmocionadas”
Aunque aún no queda claro si los microplásticos hallados, se alojaron en la placenta humana a través del torrente sanguíneo, o bien, a través del sistema respiratorio. Lo cierto es, que los descubrimientos hechos en el estudio, darán pie a nuevas investigaciones para determinar el daño que pudieran causar los plásticos a los bebés antes y después del periodo de gestación. Eso sin mencionar, que los bebés que son alimentados con biberones, ingieren una gran cantidad de nanoplásticos.