Un grupo enorme de científicos considera que la inteligencia artificial nos puede conducir a la extinción. ¿Están exagerando?

La inteligencia artificial (IA) y las múltiples variantes de ChatGPT están, desde finales del año pasado, hasta en la sopa. El tema no es menor. Este tipo de tecnología generativa presenta retos y oportunidades enormes para todas las industrias del planeta entero. Es difícil imaginar un sector en el que no se estén balanceando los riesgos y potenciales de la implementación de estas herramientas. Y muchas de esas discusiones se plantean como “el fin” de algo: la educación, el periodismo, la mercadotecnia, etcétera…

En suma, ChatGPT apareció como una aplicación que sin duda ha sacudido prácticas y procesos; sobre todo, aquellos que están francamente anquilosados desde hace décadas (sino es que siglos). En momentos así es difícil distinguir el hype de la realidad. Basta con echarle un ojo a las noticias que ocupan titulares en medios de comunicación para dar cuenta de ello. Por ejemplo, esta IA es capaz de ganarle a fondos de capital de riesgo para decidir sobre inversiones; paralelamente, no sirve de mucho en un juzgado para armar una demanda.

De nuevo, la realidad es que mientras no se estabilice el uso de ChatGPT—o que no se termine de decidir plenamente cuáles son sus alcances y límites—veremos ese tipo de bandazos en el discurso y narrativa públicas. De igual modo, será importante decidir qué habilidades, casi que como humanidad, estamos dispuestos a perder por dejar que diversas herramientas de IA tomen esas tareas… más allá de la comodidad que presentan.

¿Un riesgo para la humanidad?

Ahora bien, ¿qué pasaría si ni siquiera tenemos el tiempo, el espacio y la conciencia para forjar esas decisiones con volición? O, para decirlo de otro modo, ¿qué tal que la inteligencia artificial sí presenta un riesgo para la humanidad que va más allá de la pérdida de empleo? Porque es claro que hay una probabilidad alta de volvernos irrelevantes por estas herramientas; obviamente, la facilidad con la que se usa ChatGPT lo ha puesto todavía más al descubierto. ¿Pero qué tal que la cosa se puede poner más peluda?

Al menos eso parecen querer distintos especialistas que consideremos; incluso, que pensemos a la inteligencia artificial como un elemento potencial de la extinción de la humanidad. Con esa palabra, tal cual, el Center for AI Safety y cientos de científicos piden que: “Mitigar el riesgo de extinción por parte de la inteligencia artificial debería ser una prioridad global junto con otros riesgos a escala social, como las pandemias y la guerra nuclear”.

No parece que estén pensando en Skynet al solicitar esta consideración. Pero parece haber una intención por reconsiderar nuestro uso de las inteligencias artificiales actuales. Vaya, que al menos se piensen los riesgos que traen consigo herramientas como ChatGPT. Y las siguientes tecnologías que están a la vuelta de la esquina; asimismo, que muy probablemente serán todavía más impresionantes. 

Más, más, más ChatGPT

Y al mismo tiempo que se dice que la IA nos puede conducir a la extinción, de un modo similar a las pandemias y las guerras, la realidad es que no se dejan de crear extensiones, aplicaciones y usos para ChatGPT y similares. Todo esto a un grado que se habla de una “guerra” entre titanes de la tecnología por ganar la carrera de la inteligencia artificial generativa y, sobre todo, de uso intuitivo y común.

Por lo pronto, se presentan proyectos de ley creados por ChatGPT; además, medios de comunicación publican contenido hecho por IA generativa; el sector financiero busca formas de articular bots de atención al cliente con esta tecnología; por supuesto, todos los salones de clases de todo el mundo están inundados con tareas horribles producidas en segundos por esta aplicación. 

No se trata de acusar o etiquetar a la tecnología de buena o mala. El comunicado del Center for AI Safety parece querer algo más: pensar. Darle vueltas a una serie de herramientas con la capacidad de cambiar paradigmas completos… es más, con el potencial de empujarnos a la extinción. Quizá suena exagerado, pero a veces sólo así es que prestamos la atención necesaria. 

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Soy Raúl, pero la gente me conoce como Ruso. Estudié letras inglesas en la UNAM y tengo una maestría en periodismo y asuntos públicos por el CIDE. Colaboro en Sopitas.com desde hace más de seis años....

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