Cazando Vampiros: El Clan Belmont, Parte 1

Hola queridos lectores, bienvenidos sean una vez más a esta su sección dedicada a contar las historias de los personajes de los videojuegos.

El día de ayer realizamos una pequeña reflexión sobre la grandiosa franquicia de Silent Hill (bueno, de sus primeros tres juegos), esto nos llevó a recordar los buenos tiempos de Konami, cuando en verdad se dedicaban a hacer excelentes juegos.

Así que para revivir ese sentimiento, hoy hablaremos de su franquicia emblema durante los 80 y 90, Castlevania.

Debido a que los primeros juegos no tienen exactamente una historia muy extensa, nos dedicaremos a contar las historias detrás de la familia cazavampiros más poderosa de los videojuegos, El Clan Belmont.

Leon Belmont, el primer cazador

Nacido en el Siglo XI en Europa, Leon Belmont quedo huérfano a muy corta edad convirtiéndose en un caballero a los 16 años y obteniendo una gran habilidad para pelear que no tenía rival. Ahí conocería a Mathias Cronqvist, estratega sin igual y con quien formó una gran amistad.

Desafortunadamente, la tragedia llegaría a la puerta de su gran amigo, quien quedo devastado tras la muerte de su esposa Elisabetha. Leon comprendía a la perfección a Mathias, ya que el también tenía a alguien igual de especial, su prometida Sara Trantoul.

Pasaría un año y la región que era protegida por Leon se vio atacada por monstruos, sin embargo, la Iglesia le prohibió tomar acción, diciéndole que los monstruos solo atacaban a los herejes.

Poco después, Mathias le diría que un vampiro había capturado a su querida Sara, llevándola al oscuro bosque conocido como la Noche Eterna. Mandando al demonio su título como caballero, Leon se adentraría a la negra espesura para salvar a su amada.

En su camino, encontraría a Rinaldo Gandolfi, alquimista que perdió a su familia debido al mismo vampiro que secuestro a Sara, Walter Bernhard, quien convirtió a su hija Justine en una criatura de la noche, forzándolo a matarla después de que ella asesinara al resto de su familia.

Para esto, crearía un arma con su alquimia, dándole forma al Látigo de Alquimia, con el cual logró matar a Justine; desafortunadamente, el látigo no tendría efecto en Walter, quien sorprendido por sus habilidades lo dejaría vivir en el bosque.

Viendo la fuerza de Leon, le daría el látigo para que se adentrara al castillo de Walter. También le diría que para poder encarar al vampiro, debía derrotar a cinco criaturas que fungían como sus guardianes.

Después de vencerlos uno por uno, Leon ganaría acceso a la cámara de Walter, donde se encontraba Sara quien estaba en un extraño trance. Walter aparecería y lo combatiría, lamentablemente, el látigo no le inflingía ningún tipo de daño.

Viendo que la pelea era inútil, Walter lo dejaría ir con su amada, esperando que regresará con un arma más útil. Llevándola con Rinaldo, Leon descubriría que Sara había sido mordida por Walter y que en muy poco tiempo, se transformaría en una criatura de la noche.

Rinaldo le diría que si bien, debería de matarla, su alma podría ser utilizada para aumentar el poder del látigo y así poder vencer a Walter. Escuchando toda la conversación, Sara daría su vida a Leon para darle la herramienta capaz de destruir al vampiro.

Con esto, se daría nacimiento al arma insignia de los cazadores de vampiro, el Vampire Killer.

Con esta nueva arma, volvería al castillo y enfrentaría una vez más a Walter.

Después de ser vencido, Walter le diría que al final regresaría gracias a la Crimson Stone, con la cual siempre resucitaría. Sin embargo, la Muerte consumiría su alma traicionándolo.

Sin imaginárselo, Mathias aparecería como el nuevo maestro de la Muerte y tomaría la piedra para sí mismo, diciéndole a Leon que el lo había planeado todo. Ofreciéndole inmortalidad para maldecir a Dios por haberle arrebatado a Sara, como a él le había arrebatado a Elisabetha.

Leon rechazaría la oferta, recordándole que si Elisabetha estuviera con vida se entristecería de los que estaba haciendo. Viendo que su amigo no cambiaría de opinión, Mathias mandaría a la Muerte para que acabara con él.

A pesar de su inmenso poder, la Muerte caería vencida a manos de Leon. Antes de que desapareciera, le daría un mensaje para su nuevo amo: Los Belmont te destruirán algún día.

Esto dio inició a la batalla milenaria entre el Clan Belmont y Mathias, que a partir de su transformación tomaría el nombre de Dracula, apoderándose del reino de Wallachia.

La noticia de su logro se esparció rápidamente, pero en vez de ser recibido como un héroe, el rechazo de la gente y de la Iglesia lo llevó a alejarse de todos, pero no sin seguir en su lucha contra Dracula.

Tiempo después, Leon formaría al Clan Belmont, quienes se dedicarían a cazar al ejército de Dracula.

Trevor Belmont

Con la llegada de Dracula, los monstruos que alguna vez estuvieron bajo las ordenes de Walter Bernhard, se convertirían en una amenaza peor para la humanidad, ya que quien alguna vez se llamó Mathias, despreciaba a los humanos.

Viendo que ninguno de sus miembros era capaz de enfrentar a los monstruos del Conde Dracula, la Iglesia no tuvo otra opción más que contactar al Clan Belmont, quienes eran los únicos con el poder para detener al terrible vampiro.

Sería así que en 1476, Trevor Belmont, descendiente de Leon Belmont, se presentaría en las puertas del castillo y así cumplir la misión de su ancestro.

En su camino, Trevor se aliaría con tres personas quienes también buscaban derrocar al Conde:

Grant Danasty, líder de un grupo rebelde en Wallachia.

Sypha Belnades, única sobreviviente del equipo de elite de la Iglesia que fue mandado destruir a Dracula.

Alucard, hijo del Conde que al igual que su padre era un vampiro, pero que a diferencia de él no odiaba a la humanidad.

Junto a sus aliados, Trevor logró derrotar al Conde y traer un breve periodo de paz para Wallachia.

Después de la batalla, Grant se quedaría en Wallachia para evitar que los seguidores de Dracula lo revivieran (y vaya que funcionó). Alucard por su lado, conociendo el riesgo que su existencia presentaba para la humanidad, decidió sellarse así mismo en un ataúd para nunca despertar.

Sypha y Trevor se casarían manteniendo con vida al Clan Belmont, quienes durante generaciones seguirían peleando contra Dracula.

Tres años después, Trevor recibiría noticas de un culto hacia Dracula, el cual buscaba revivir al vampiro. Sin perder tiempo, regresaría a Wallachia para evitar este evento.

Ahí se encontraría a Hector, Forjador Diabólico que anteriormente había servido a Drácula, pero que ahora buscaba vengarse de un antiguo aliado, Isaac, quien pensaba utilizar el cuerpo de Hector para revivir a su maestro.

Reconociéndolo como un Forjador Diabólico, Trevor lo atacaría, derrotándolo con facilidad. Antes de acabar con él, Hector le explicaría su situación, asegurándole que él quería detener el regreso de Dracula también.

Viendo que Hector no le mentía, lo dejaría ir. Tiempo después se enfrentaría a Isaac, quien en verdad era un oponente muy peligroso, del cual apenas pudo sobrevivir su ataque.

A diferencia de los que creía Trevor, la razón por la cual Isaac lo confrontó, fue para obtener un poco de su sangra, con la cual abriría la puerta a una cámara oscura que se encontraba sellada y la cual solo podía ser abierta con la sangre de un Belmont.

Viendo que Isaac lo superaba en poder, pondría a prueba a Hector para determinar si él era capaz de derrotarlo. Al comprobar que se había vuelto más fuerte, abrirá la puerta para que se encargara de Isaac.

Después de que Hector se retirará, Trevor sentiría un inmenso poder emanando de las ruinas del castillo de Dracula. Sabiendo que esto significaba la resurrección del vampiro, se lanzó de inmediato a las ruinas.

Al llegar en donde Isaac y Hector se encontraban, se revelaría que Hector era el causante del resurgimiento de Dracula después de matar al guardián que protegía el sello. Atacando de manera artera, Isaac atravesaría a Trevor de un golpe:

Afortunadamente, sería salvado por Julia Laforenze, aliada de Hector. Después de que Dracula fuera vencido una vez más, Trevor regresaría a su hogar con Sypha.

Christopher Belmont

Después de 100 años de la derrota de Dracula a manos de Hector y Trevor Belmont, este volvería a resucitar en el año 1576. Afortunadamente, un nuevo miembro del Clan Belmont –Christopher- continuaría con el trabajo de su familia.

Al igual que sus ancestros, se enfrentaría al vampiro, sin embargo, Dracula escaparía a la muerte al convertirse en niebla.

Soleiyu Belmont

En el mismo año que Christopher venció a Dracula, nació su hijo, Soleiyu Belmont. Al cumplir los 15, debía pasar un ritual para convertirse en un cazador de vampiros.

Al saber que durante el ritual una gran cantidad de magia despertaría en el joven Belmont, Dracula lo secuestraría y lo convertiría en un demonio. Utilizándolo para recobrar su poder, el vampiro volvería a levantar su castillo.

Christopher se embarcaría en una misión para salvar a su hijo. Después de derrotar a varios monstruos, encontraría a Soleiyu quien se había transformado en un demonio.

Tras derrotarlo y librarlo de la maldición de Dracula, Soleiyu le diría que le vampiro buscaba reponer su poder utilizando 4 espíritus.

Al final, Christopher y su hijo enfrentarían nuevamente a Dracula venciéndole de una ve por todas (sí, como no). Cumplida su misión, ambos seguirían perpetuando al Clan, el cual se hacía más fuerte con cada nueva generación.

Simon Belmont

Nacido en 1699, Simon heredaría el Vampire Killer, arma insignia del Clan Belmont. En 1691, 100 años después de que Christopher Belmont derrotará a Dracula, este volvería una vez más.

Viendo esto como su oportunidad para probarse a sí mismo, Simon entraría al castillo de Dracula al igual que sus ancestros. Después de derrotar a los sirvientes del vampiro, lo enfrentaría en su trono.

Simon pelearía valientemente y lograría poner en aprietos al vampiro, sin embargo, no fue capaz de vencerlo y este se metió en una herida en la espalda del joven Belmont.

Siete años después, la maldición que Dracula puso en su espalda comenzó a consumirlo. Visitando el cementerio de su familia, una misteriosa mujer le diría que su dolor se debía a la maldición que Dracula había impuesto en él 7 años atrás.

Para poder librarse de la maldición, debería de reunir los 5 restos de Dracula: Su uña, corazón, costilla, ojo y anillo; los cuales debían de ser quemados en el castillo del vampiro.

Con esto, Simon comenzaría su aventura para deshacerse de Dracula. Después de recuperar los restos de Dracula, Simon los llevaría a las ruinas del castillo donde una sexta parte (el colmillo de Dracula), reviviría al Conde una vez más.

Esta vez, Simon sería capaz de derrotarlo y gracias a esto y a la ayuda del pueblo de Wallachia, fue recibido como un héroe, haciendo que la gente aceptara al Clan Belmont.

Hasta aquí dejaremos la historia de los Belmont de momento, ya que de seguir tendríamos un artículo enorme.

Acompáñennos este jueves cuando terminemos de contar la historia de Lara Croft.