Lo que necesitas saber:
Allá afuera hay al menos 9 mil toneladas de basura espacial ¿cómo la vamos a limpiar? ¿se puede limpiar?
Con la carrera espacial de los años 50 en adelante y el objetivo de explorar el espacio, la basura especial alrededor de nuestro planeta aumentó de manera preocupante.
Solo para que nos demos una idea: la NASA estima que actualmente la cantidad de desechos que orbitan la Tierra superó las 9 mil toneladas métricas. Si una tonelada métrica tiene mil kilogramos, entonces son 9 millones de kilogramos de basura espacial.
A partir de esta información aparecen varias preguntas como ¿la basura especial es peligrosa? Si sí es ¿qué tanto? ¿se puede limpiar? ¿quién o quienes la van a limpiar? ¿cuál es el proceso para limpiarla?
El gran problema de la basura espacial
Primero lo primero: los desechos orbitales o la basura espacial es cualquier objeto creado por el hombre que ya no cumple ningún propósito útil y que orbita alrededor de la Tierra.
La Oficina del Programa de Desechos Orbitales de la NASA de Estados Unidos explica que antes de 2007 la fuente principal de la basura espacial eran las explosiones de ciertas partes de cohetes y de las naves espacales.
Pero ahora la principal fuente es la explosión y colisión de satélites. Además el basurero también se alimenta de naves espaciales abandonadas, etapas superiores de cohetes, vehículos portadores de varias cargas útiles, desechos liberados de manera intencional durante la separación de la nave espacial y su cohete, basura de las explosiones o colisiones de vacas espaciales, etc.
¿Cuánta basura espacial hay? La NASA explica que existen más de 25 mil objetos de más de 10 centímetros. La población de partículas de entre 1 y 10 cm de diámetro es de más o menos 500 mil, mientras que el número de partículas de más de 1 milímetro supera los 100 millones.
Hasta enero del 2022 la cantidad de basura espacial que nos orbita superó las 9 mil toneladas métricas.
Pero ¿los astronautas cuentan la basura espacial? En realidad los radares terrestres de la Red de Vigilancia Espacial de Estados Unidos pueden detectar objetos de hasta 3 milímetros, lo que ayuda a tener una estimación estadística del cochinero.
La mayoría de basura espacial está a menos de 2 mil kilómetros de la superficie de nuestro planeta, la mayor concentración entre los 750 y los mil km.
Y sí, en cierta medida la basura espacial es peligrosa. En la órbita terrestre baja -por debajo de los 2 mil kilómetros- la basura espacial rodea a la Tierra a velocidades aproximadas de 7 a 8 km/s.
La cosa es que la velocidad media de impacto de los desechos orbitales con otro objeto espacial es de aproximadamente 10 km/s y puede llegar hasta unos 15 km/s. Esto es más de 10 veces la velocidad de una bala.
Entonces las colisiones incluso con un pequeño fragmento de escombro implicaría un daño considerable.
Por ejemplo, cuando se proyecta que un objeto tiene una trayectoria cercana a la Estación Espacial Internacional, entonces la estación maniobra para alejarse. Esto sucede con poca frecuencia, más o menos una vez al año.
Ahora, las naves espaciales que están en operación reciben impactos frecuentes de desechos orbitales muy pequeños, de tamaño submilimétrico con ningún o poco impacto.
Pero los desechos orbitales de tamaño milimétrico representan el mayor riesgo de penetración para la mayoría de las misiones robóticas que operan en la órbita terrestre baja.
La probabilidad de que dos objetos grandes, mayores a 10 centímetros, choquen accidentalmente es muy baja. De hecho el peor de los incidentes ocurrió en febrero de 2009, cuando un satélite en funcionamiento de la misión Iridium de Estados Unidos chocó contra un satélite ruso abandonado.
Es por eso que ahora el objetivo principal es evitar la creación innecesaria de más basura espacial, esto mediante el diseño adecuado de los vehículos. Y eso porque la ‘limpieza’ de la basura que ya existe sigue siendo un reto económico y tecnológico.
La empresa que pretende limpiar basura espacial
Y habiendo explicado todo lo anterior, ahora hablemos de Astroscale, una empresa privada de eliminación de desechos orbitales con sede en Tokio, Japón.
La empresa fue fundada en 2013 con el objetivo de desarrollar soluciones para ofrecer una variedad de servicios en órbita, incluyendo la eliminación activa de desechos.
Lo que hacen es desarrollar misiones para identificar y capturar escombros que ya se encuentran en órbita.
Cuentan con un satélite de Eliminación Activa de Desechos por Astroscale-Japón (ADRAS-J), mismo que fue lanzado en febrero de este 2024.
Esta diseñado para, en esta primera misión, encontrarse con el cuerpo de un cohete japonés, demostrar operaciones de proximidad, así como recopilar imágenes para evaluar el movimiento del cuerpo del cohete y el estado de la estructura.
Este es el primer paso para poder desarrollar las misiones futuras de recuperación de basura espacial.
Ahora, no es la única idea. A mediados del año pasado, la agencia espacial de Rusia, Roscosmos, habló de la posibilidad de utilizar el remolcador nuclear Zevs para limpiar órbitas que están repletas de basura espacial.
La cosa es que esta nave espacial que funcionaría como un remolcador espacial aún no existe y estiman que para 2030 podría estar listo.
Ahora, es importante mencionar antes de cerrar que una cantidad significativa de desechos no sobrevive al intenso calor que se produce durante el reingreso a Tierra.
Los componentes que sí sobreviven tienen más probabilidades de caer en masas de agua o en regiones escasamente pobladas como la tundra canadiense, el interior de Australia y Siberia en Rusia.
En los últimos 50 años, explica la NASA, en promedio todos los días cayó un fragmento de escombros catalogado a la Tierra, sin que se confirmaran lesiones graves ni daños materiales significativos.