Pasumecha… Recientemente la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) descubrió que la superficie del asteroide Bennu está tan suelta y poco unida que si una persona intentara caminar sobre ella, se hundiría.
Así como en una bella alberca de pelotas.
El increíble asteroide Bennu
El 10 de octubre de 2020 la nave robótica OSIRIS-Rex descendió a la superficie del asteroide Bennu, donde “aterrizó” por unos segundos y recolectó una muestra de rocas y polvo.
Fu la primera vez que la NASA tomó muestras de un asteroide y las trajo de regreso a la Tierra para estudiarlas.
Tras analizar dichas muestras de encontró que la nave espacial se hundió un poco y se habría hundido más en la superficie del asteroide si no hubiera encendido sus propulsores para retroceder inmediatamente de recolectar las pruebas.
¿Cómo pasó? Resulta que las partículas que componen el exterior del asteroide están muy sueltas y poco unidas entre sí, lo que la hace parecer una alberca de pelotas.
De acuerdo con Kevin Walsh, investigador parte del equipo detrás de OSIRIS-Rex en el Instituto de Investigación del Suroeste, si el asteroide estuviera compactado significaría que es una piedra casi sólida, pero se encontraron espacios vacíos en la superficie.
Y eso no es todo lo raro. Después de que la nave llegó a la superficie de Bennu los científicos observaron que provocaron un cráter de 8 metros de ancho, cuando generalmente la suavidad con la que bajó la nave apenas si levanta polvo.
Resulta que cuando la nave regresó para tomar fotos más cerca, encontraron que si no hubieran encendido los propulsores para salir de la superficie la nave se habría hundido.
Esto sirve para analizar el peligro que los asteroides implican para la Tierra. Por ejemplo, es posible que asteroides como Bennu que apenas si se mantienen unidos por la gravedad puedan romperse en la atmósfera de la Tierra y representar un peligro menor ante asteroides sólidos.
