La naturaleza nunca para de asombrarnos y maravillarnos, así como de aterrarnos y sacarnos unos buenos aires polacos con cada criatura salida de nuestras pesadillas.

Ninguna otra como las arañas, artrópodos que han atemorizado a la humanidad desde tiempos inmemoriales. Con cada nueva especie descubierta, los aracnofóbicos sienten como si algo les estuviera trepando por el cuerpo. Pero el último descubrimiento sobre estas criaturas, nos hace querer lanzarle una Pokébola:

Micrathena sagittata es el nombre que Jonathan Kolby, explorador de National Geographic que se topó con esta criatura en Honduras, le puso a esta pesadilla con ocho patas: “Esas protuberancias afiladas y excepcionales en su abdomen me llamaron la atención de inmediato.”

En efecto, esas protuberancias que parecen orejas llaman mucho la atención, al igual que su color amarillo y manchas negras que parecen formar una nariz y… espera, ¿qué ese no es un Pikachu? Y no sólo somos nosotros los que vemos a la rata amarilla de Ash Ketchum, ya que el mismo Kolby lo notó:

La parte posterior del abdomen de esta araña presenta marcas amarillas brillantes con dos largas espinas traseras que terminan en puntas blancas. A los lados de esta estructura, parecida a Pikachu, se pueden ver filas de espinas bastante más amenazantes que el Pokémon. El resto del cuerpo de la araña es de un colo rojizo brillante, casi parecido al de una hormiga.

Pues como que un Ditto se confundió y se quedó a media transformación de un Araidos a un Pikachu. Esa es la única explicación razonable para semejante criatura.

De momento no se sabe nada más sobre este arácnico, ya que Kolby dejó al ejemplar en la selva, solo tomando la foto para su Instagram. Y bueno, tal vez esto sea la prueba de que los Pókemon existen.

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