Lo que necesitas saber:
Si andan buscando una propuesta musical diferente y muy humana, tienen que checar lo que Vōx está haciendo y proponiendo.
En un panorama musical tan saturado como el actual, donde muchos artistas parecen gritar para llamar la atención, hay quienes deciden hablar bajito para decirlo todo, ese es el caso de Vōx. Probablemente su nombre no les suene, porque todavía no llega al mainstream, pero de plano es una de las propuestas más humanas que escucharán en un buen rato.
Vōx es el proyecto de Sarah Winters, cantautora estadounidense que ha hecho de la introspección y la fragilidad emocional sus herramientas creativas principales, transformando sus vivencias personales e íntimas en un espacio de sanación colectiva. Si no la conocen, acá se las presentamos para que le echen oído a su música.

El camino de Vōx de la música clásica a paisajes sonoros íntimos
Originaria de Minnesota, Sarah comenzó su carrera musical desde el lado clásico, aprendiendo a tocar el piano y cantando en un coro. Durante años se formó en un entorno serio y profesional, pero eventualmente abandonó esa estructura para encontrar su propio camino y voz (literal y metafóricamente hablando).
Fue entonces cuando nació Vōx, su propio proyecto musical que surgió como una especie de álter ego etéreo y honesto, con el que decidió explorar terrenos más cercanos al art pop, la electrónica ambiental y paisajes sonoros minimalistas. Con todo esto en mente, empezó a componer sus primeras canciones.

Después de lanzar un par de rolas, como “I/You”, el viaje musical de Vōx comenzó formalmente en 2017 con I Was Born, su primer EP en el que encontramos las bases y sellos de este proyecto musical: sintetizadores sombríos, voces procesadas como si vinieran de la mente, y letras que hablan de identidad, espiritualidad y traumas.
Es un debut tímido pero directo, donde la vulnerabilidad no es solo un hilo narrativo, sino también núcleo mismo de su propuesta. En 2019 llega I Am Not a God, otro material de corta duración que profundiza en temas como la desilusión religiosa y la búsqueda de un verdadero yo en medio de un panorama en el que todos quieren pertenecer a algo olvidándose de su identidad.
Aquí, Vōx suena más segura y nos muestra la dirección hacia la que quería ir: con beats más definidos, producción pulida y una interpretación vocal tan impactante que duele escucharla cantar. La crítica recibió este EP con bastantes elogios, destacando su capacidad para transformar experiencias personales en relatos universales.
‘All My Best Friends Are Ghosts’: Un grito silencioso de libertad y dejar el alma en un disco
Pero el punto de quiebre llegó en 2020 con This Body, un EP que funciona casi como un performance emocional. A través de cinco rolas, Vōx narra su historia personal, sobre todo su perspectiva y lucha como mujer neurodivergente reclamando un espacio en el mundo donde simplemente existir.
Rolas como “Be Bigger o la rola homónima mezclan la espiritualidad con la autocrítica y el deseo de liberación, todo dentro de paisajes sonoros etéreos que en momentos nos recuerdan a trabajos de FKA twigs, Caroline Polachek o Arca. Y eso no es coincidencia: pues Sarah entra en la categoría de artistas que convierten la vulnerabilidad en una estética propia.
Después de un par más de EP’s y múltiples sencillos, en 2025, Vōx lanzó su álbum debut: All My Best Friends Are Ghosts. Este LP es una pieza conceptual que va más allá de todo lo que nos había mostrado, tocando temas como la identidad, la influencia de experiencias con el dolor crónico, el aislamiento y la soledad, el autismo y la búsqueda humana de la conexión (esto último tomando en cuenta lo efímeras que son las relaciones en la era del internet).
En este disco y a través de cada canción, Sarah nos narra en orden cronológico algunos momentos clave de su vida, los cuales le han dado chance de confrontar sus traumas y encontrar poder en sus vulnerabilidades. Además, contó con la coproducción de Anwar Sawyer y Alex Tanas, quienes la ayudaron a transformar las ideas que tenía en la cabeza en rolas honestas e íntimas.
¿Qué es lo que hace especial a Vōx?
Más allá de los discos, Vōx también se ha hecho un nombre por su propuesta estética: presentaciones en vivo con visuales conceptuales, arte que es más un performance y vestuarios que evocan lo místico, lo frágil y lo sagrado. Cuando sube a un escenario es capaz de transmitir y casi revivir en ese momento lo que dicen sus rolas.
Todo en ella parece estar pensado como un espacio seguro para que pueda mostrarse tal como es y al mismo tiempo, Sarah crea un entorno en el que sus fans y quienes la escuchen, se sientan igual que ella, libres de expresar sus emociones, sentimientos y pensamientos. Y sin duda, eso es algo que muy valioso que pocos artistas logran a lo largo de sus carreras.

En un mundo que exige productividad constante, Vōx no corre. Publica cuando tiene algo que decir, no cuando la industria se lo exige. Ha dicho en entrevistas que crear, para ella, es un proceso de recuperación emocional, y eso se nota: cada EP, cada canción, cada susurro parece venir desde lo más profundo. Ella va por lo lento, lo delicado, lo que no encaja en moldes comerciales.
En tiempos donde muchas propuestas suenan a refrito, Sarah Winters apuesta por lo incómodo, lo íntimo y lo verdadero, hablando de la neurodivergencia, la discapacidad invisible, la crianza religiosa y la autoaceptación. No es pop en el sentido tradicional, pero tampoco es completamente experimental. Se mueve en esa zona gris donde la emoción es más importante que el género, y donde cada canción es una especie de muestra de autoconocimiento.
Quizá Vōx no tenga un hit viral, pero lo que ha construido con paciencia y honestidad tiene más valor que muchas carreras aceleradas que se basan en algoritmos y likes. Su música no es para escapar del dolor, sino para aprender a habitarlo y vivir con él, lecciones que definitivamente nos sirven de mucho, sobre todo en los tiempos en los que vivimos.
Su propuesta no es para todos, y probablemente ahí radica su magia: en hablarle directamente al que se siente fuera de lugar. Sarah no grita, no busca ser estruendosa ni tampoco intenta caerle bien o gustar a quien sea. Ella simplemente canta desde un lugar sumamente personal, y eso, en 2025, vaya que es muy revolucionario y emocionante.