Mientras gozamos del futurismo en su máxima expresión, podemos conocer el mundo con la facilidad de apretar un botón, obtener información de manera simultánea y hasta utilizar toilettes con sonido ambiental, muchas tribus al rededor del mundo, se niegan a la idea de la civilización, particularmente la tribu de la isla Sentinel del Norte, en la India, se muestra sumamente hostil y violenta ante los turistas, nadie ha podido salir de la isla con vida y ni siquiera el gobierno hindú, ha logrado hacer una expedición completa, pues quien apenas se acerca a sus aguas, es recibido con una lluvia de lanzas punzocortantes.
El pasado 15 de noviembre de 2018, John Allen Chao de entre 26 y 27 años, desafió cualquier obstáculo para llegar hasta las entrañas de la isla, una gran curiosidad por conocer a la tribu de la isla Sentinel, la que sigue usando lanzas, arcos y flechas para cazar en la zona boscosa y sigue recolectando plantas, palmares y frutos para subsistir y transformadas en casas, pero como resultado, su cuerpo fue encontrado en las orillas de la playa.
El joven estadounidense, se describía a sí mismo como un trota mundos, de acuerdo a sus colaboraciones en el portal ‘Outbound Collective’, ahí relató sus viajes en las zona virgen del río Chilliwack, en Canadá, sus travesías en la Selva de Andamán en el Golfo de Bengala, y su perspectiva de las grandes ciudades. En su última publicación, realizada en 2014, decía que era un “explorador de corazón”, que gozaba de ayudar a la gente. Relató que alguna vez trabajaba en la ONG “más que un juego”, donde se desempeñaba como entrenador de futbol, para “dar normalidad a las vidas de niños refugiados alrededor del mundo”.
Inspirado por el médico, explorador y misionero británico David Livingston, Chau emprendió el viaje más ambicioso de su vida, la evangelización, pero sólo fue un viaje sin retorno. Los vecinos más cercanos a la tribu de la Isla Sentinel, viven a más de 50 kilómetros de distancia, en el archipiélago Andamán y Nicobar, desde ahí, Chau pagó a unos pescadores que lo acercaran a la isla de forma ilegal, cuando estaban cerca de la costa, dejaron que el joven aventurero llegara hasta la playa en una canoa.
La tribu de la Isla Sentinel del Norte, está totalmente aislada del mundo, es de conocimiento público que no reciben, visitantes, turistas o curiosos, viven en un mundo ajeno al nuestro y así quieren permanecer. Nadie sabe qué idioma hablan, la edad que tienen y ni siquiera cuántos residen en el lugar. Los eruditos creen que emigraron de África hace aproximadamente 60 mil años, pero la mayoría de los detalles de sus vidas siguen siendo completamente desconocidos.
Reuters tuvo acceso a una fuente cercana a John Allen, quien dijo que Chau indicó a los pescadores que le entregaran una carta, en ella el joven explorador le explicaba que había llevado consigo tijeras y un balón de fútbol como regalos.
También le confesó que había logrado visitar a la tribu de la Isla Sentinel, unas cuatro o cinco veces antes detallando que algunos miembros de la tribu se portaron bien con él pero otros eran muy agresivos. “He sido muy amable con ellos. ¿Por qué están tan enfadados y son agresivos (conmigo)?”, señaló la fuente citando a Chau. “Voy para implantar el reino de Jesús en la isla… No culpen a los indígenas si me matan”.
En un comunicado, la policía anunció la apertura de una investigación sobre su muerte tras ser contactados por el consulado estadounidense en la ciudad sureña india de Chennai. Los pescadores que ayudaron a Chau fueron arrestados.
Sin embargo, en un post de Instagram la familia del chico estadounidense, asegura que ha perdonado a aquellos que supuestamente le arrebataron la vida y transmite una petición: que no se persiga a los ciudadanos locales que ayudaron a Chau en su última expedición.
“Para nosotros, era un hijo querido, hermano, primo; y el mejor amigo. Para otros, era un misionero cristiano, un paramédico especializado en atención en la naturaleza, un entrenador internacional de fútbol y un alpinista”, escribieron.
Un grupo pequeño de políticos, han intentado intercambiar cocos y plátanos ofrecidos como regalos a la tribu para recuperar el cuerpo de John Allen. Pero activistas como la ONG Survival International, que defienden los derechos tribales, critican la expedición de Chau y advierten que cualquier contacto con la tribu de la Isa Sentinel del Norte, puede acabar con la tribu, ya que los isleños no tienen resistencia a las enfermedades que llevan los forasteros.
Los hombres de la tribu de la Isa Sentinel, son todos unos centinelas, que después de esta historia, provocan echar al aire la pregunta ¿A pesar de sus precarias condiciones y un muy singular estilo de vida, vivirán mejor o serán más felices lejos de las armas de fuego, los peligros nucleares, el tráfico o los ciberfraudes?
