Hemos mencionado en varias ocasiones que las producciones relacionadas con el surgimiento y permanencia de los carteles mexicanos, es un tema ya conocido. Desde hace algunos años ha dominado el mercado del entretenimiento, sobre todo de la televisión, en México, América Latina y el mundo con series internacionales de alto perfil. Y aquí es cuando entra el nombre de Netflix con Narcos.

La primera temporada de Narcos salida en 2015, presentó de una forma mucho más “formal” la historia de Pablo Escobar y el nacimiento del cartel de Medellín, un imperio construido con base en el tráfico de cocaína. De Colombia para el mundo, y con el mundo nos referimos a Estados Unidos: la historia que se repite. Esta primera entrega se convirtió en una de las series más exitosas de la plataforma, y con razón. La producción era elegante y dinámica; la dirección fue justa para el ritmo de una historia que amerita altos y bajos; el elenco liderado por Wagner Moura concluyó de forma perfecta una serie de personajes complejos y reales que más que personas, se han convertido en leyendas o iconos.

La segunda temporada de Narcos, la cual se centró en la caída de Escobar como líder supremo del cartel de Medellín y el crimen en Colombia, recibió el mismo tipo de críticas en cuanto a su producción e historia. Netflix, con esta segunda temporada, se había convertido en el Escobar de las series de televisión sobre narcos, si es que puede ser una analogía viable y comprensible. Luego, se dio luz verde para una tercera temporada centrada en Colombia, el cartel de Cali y su nuevo líder, un tal  Gilberto Rodríguez Orejuela interpretado por Damián Alcázar. Esta entrega dio paso a la construcción de una cuarta entrega que, por fin, llegará al punto máximo del narcotráfico a nivel mundial: el surgimiento de los carteles en México, un país con una ubicación perfecta para el negocio y los capos de la droga, pero terrible para su sociedad.

Una tercera temporada después del cierre total del personaje principal en la segunda (primera) es peligroso, pero Netflix y los creadores de Narcos lo lograron. ¿Cuál fue su secreto? Aunque parezca ridículo, el éxito de la tercera se centra en que bajo la misma línea, en un mismo universo relacionado con el pasado y el futuro, hay nuevas propuestas, nuevos tintes para un repaso histórico y la aparición de personajes diversos que lo construyen. Y así es como también llegamos a la cuarta temporada presentada bajo el título de Narcos: México.

Narcos: México es una serie de contrastes dentro del universo de Narcos. Con esto nos referimos a que de una manera muy drástica, pero necesaria para el concepto de la historia, pasa de la comedia y el humor negro al drama que el narcotráfico amerita. La diferencia, como su nombre lo indica, es que ahora dejamos de lado Colombia y nos centramos en el México de los 80 con todas sus extravagancias surgidas de una crisis económica y política que pegó, por primera vez, a todas las clases sociales del país. Sin embargo, y sin entrar en este tipo de detalles, Narcos: México es una temporada que presenta el surgimiento del cartel de Guadalajara con Félix Gallardo como su líder, y una serie de personajes que, al menos desde la ficción, resultan irresistibles con una dinámica torpe que pone en peligro absolutamente todo lo que el infame de Gallardo ha construido. Como contraparte al poder de Gallardo, aparece el agente de la DEA, Kiki Camarena, quien se enfrenta a un final tortuoso y predecible como consecuencia de un acuerdo entre el crimen, las altas esferas del poder en México y las mismas instituciones que lo enviaron a Guadalajara a investigar: la DEA y otras más.

Diego Luna se pone el traje de Gallardo junto a varios nombres conocidos en el país como Tenoch Huerta, Joaquín Cosío y José María Yazpik en los personajes de Rafael Quintero, Don Neto y Amado Carrillo, y Michael Peña como Camarena. En una entrevista con sopitas.com, los actores hablaron de la importancia de la serie, la dinámica que la diferencia de las otras entregas y los puntos más altos de una serie tan importante como Narcos y su repercusión en el mundo del entretenimiento, así como el imaginario de las audiencias que, como mencionamos al principio, perciben en esta oleada de series a personajes que se convierten en leyenda o iconos de una nueva cultura. ¿La serie invita a dialogar al público se trata de una mera forma de entretenimiento?;¿qué opinan de que las audiencias vean en un personaje ficticio, pero basado en la vida real, a un modelo a seguir?; ¿cómo construyeron un personaje ya conocido para la sociedad mexicana sin perder el efecto de la ficción?… fueron algunas de las preguntas que les realizamos. 

Por acá les dejamos nuestra plática con todo el elenco junto al productor ejecutivo Eric Newman:

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En 2017 entré a Sopitas.com donde soy Coordinadora de SopitasFM. Escribo de música y me toca ir a conciertos y festivales. Pero lo que más me gusta es hablar y recomendar series y películas de todos...

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