El director Joel Schumacher, conocido por recuperar la franquicia de Batman en la década de los 90, murió a los 80 años de edad después de una cruda batalla contra el cáncer. El cineasta, de acuerdo con Variety, murió en la ciudad de Nueva York tras un año de mantenerse en lucha contra el cáncer.
Schumacher comenzó su carrera en Hollywood como diseñador de vestuario, pero se convirtió en director, guionista y productor, responsable de cintas como St. Elmo’s Fire, The Lost Boys y Falling Down, por mencionar algunas de las más importantes. Sin embargo, es mayormente conocido por tomar la franquicia de Batman después de la salida de Tim Burton.
Él fue el director de Batman Forever de 1995, la cual estuvo protagonizada por Val Kilmer como Bruce Wayne, Tommy Lee Jones como Harvey Dent (Dos Caras), Jim Carrey como Edward Nygma (El Acertijo) y Nicole Kidman como la doctora Chase Meridian. La película fue un éxito de taquilla, pero recibió fuertes críticas por presentar en una sola cinta, a dos villanos fuertes.
Para 1997, Schumacher dirigió la segunda entrega de Batman bajo el título de Batman y Robin con George Clooney en el personaje principal, Chris O’Donnell como Robin, Arnold Schwarzenegger como el villano de la historia, Mr. Freeze, Uma Thurman como la Hiedra Venenosa y Alicia Silverstone como Batichica. La película, de nueva cuenta, fue duramente criticada a pesar de haber sido considerada, nuevamente, un éxito en taquilla.
En resumidas cuentas, Schumacher siempre será recordado por poner pezones en el traje de Batman, lo cual causó mucha controversia en la época. Schumacher era abiertamente homosexual, y ese detalle provocó que muchos interpretaran que su Batman era gay, y su relación con Robin en la segunda entrega, tenía intenciones homoeróticas. De hecho, años después, George Clooney dijo que él había pensado en su personaje como gay.
Su carrera como director siempre fue una montaña rusa. Como mencionamos, él fue responsable de The Lost Boys de 1987, una película sobre vampiros que con el tiempo ha tomado cierta relevancia hasta ser considerada de culto por sus elementos de horror que jugaban con la idea de gore. Además, contó en su elenco con personajes como Kiefer Sutherland y Alex Winter.
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En 1999 trabajó con Nicolas Cage y un joven Joaquin Phoenix en 8mm, una cinta de misterio sobre un detective privado que es contratado para investigar el origen de una película snuff que se encontraba en la caja fuerte de un millonario. Fue hasta 2004 que llegó una de sus más grandes producciones, que es la adaptación de El fantasma de la ópera protagonizada por Gerard Butler y Emmy Rossum. A pesar de las críticas, la película recibió tres nominaciones a los premios Oscar.