La inclusión es un tema de agenda que ha ido tomando cada vez más fuerza e importancia entre las conversaciones de la gente, pero también de aquellas personas que toman decisiones definitivas en distintos sectores, uno de ellos, el del entretenimiento.
Sólo hace falta echar un vistazo a la historia, para darse cuenta que en la pantalla grande y chica, las historias casi siempre se han contado desde perspectivas que atienden las nociones de realidad social, cultural, política y económica de un hombre blanco. Se contaban, de este modo, versiones de feminidad contadas por hombres, o bien, se retrataba la historia desde la mirada de lo conquistadores, no los conquistados.
Durante décadas, la televisión y el cine se sometieron a una revisión única de la sociedad. Y ojo, esto no quiere decir que siempre haya sido errónea, sino que faltaba diversidad de opiniones, historias y perspectivas definidas por mujeres, personas con distinto color de piel, con alguna discapacidad y aquellos que representan la diversidad sexual dentro de la comunidad LGBT+.
La comunidad LGBT+ ha luchado desde hace años, por visibilizar sus derechos, y esto es en parte, porque se trata de una una de las minorías que menos representación ha tenido en la industria del cine y la televisión, y por esta razón (sobre todo con la televisión que se trata de uno de los medios de difusión masiva más importantes), es que se han quedado fuera del entendimiento colectivo.
Hace un par de años, el director Rupert Sanders, conocido por Blancanieves y el cazador, fichó a Scarlett Johansson para interpretar a Dante “Tex” Gill, un hombre transgénero. La comunidad LGBT+ realizó la pregunta: ¿Por qué no fichar a una actriz o actor transgénero para interpretar a un personaje transgénero?
La pregunta abrió un fuerte debate en Hollywood. Por un lado, una actriz o actor tienen las cualidades para interpretar personajes representativos de su propia realidad. Jake Gyllenhaal y Heath Ledger, actores heterosexuales, dieron vida a dos vaqueros homosexuales en Brokeback Mountain de Ang Lee, y recibieron el reconocimiento por su interpretación.
Sin embargo, las posibilidades de que un actor abiertamente homosexual protagonizara una producción tan grande, eran mínimas. Y este es el problema.
Poco a poco, las minorías y los grupos sin representación, han sido incluidos en producciones grandes. Por ejemplo, John Krasinski, director de A Quiet Place, eligió como parte de su elenco a Millicent Simmonds, actriz sorda que interpreta a una adolescente privada de la audición.
Algunas producciones para la televisión como Orange is the New Black, contó en su elenco con la actriz Laverne Cox en el personaje de Sophia, una mujer transexual. Y al mismo tiempo, otras producciones han integrado personajes que dan representación a la enorme diversidad sexual como Eric Effiong en Sex Education, Lito Rodríguez de Sense8, o Robin Buckley de Stranger Things, o el personaje de una mujer transgénero en Dark, entre otros.
La representación de la comunidad LGBT+ en la televisión y el cine, es de suma importancia para que haya comprensión del espectro de la diversidad sexual. Como parte del mes del Orgullo Gay, Netflix en colaboración con GLAAD (la Alianza de Gays y Lesbianas contra la difamación), realizó una encuesta en México y Latinoamérica para saber qué tanta información hay sobre el tema y cómo es que algunos personajes de la comunidad, han impactado su percepción.
De acuerdo con 74 por ciento de los encuestados mexicanos, ver una serie o película con personajes LGBT+, les “dio un mejor entendimiento de las personas que forman parte de la comunidad”, y al mismo tiempo, les permitió relacionarse mejor con alguien de esta misma comunidad.
87 por ciento de los mexicanos que participaron en la encuesta, sienten que las series y películas reflejan de manera más precisa a la comunidad a diferencia de hace algunos años. 72 por ciento de aquellos que participaron en el estudio, dijo que estas producciones ayudaron a sus familiares a comprender mejor el espectro.
Estos datos reflejan que hay avances en materia de representación e inclusión de la diversidad sexual, pero la realidad es que todavía falta mucho. No sólo se trata de la representación, sino también que detrás de las producciones, hayan personas que formen parte de la comunidad LGBT y que ellos mismo sean los que escriban, produzcan, y protagonicen historias que sean más objetivas, reales para promover la inclusión.